El Bank of America alcanzó en el segundo trimestre del año beneficios por US$2.400 millones, sobre todo gracias a la lucrativa venta de varias de sus participaciones, según informó hoy el presidente de la entidad, Kenneth Lewis.

Sin el pago de los altos dividendos correspondientes a los créditos del Estado, los beneficios ascendían incluso a US$3.200 millones.

En comparación al mismo periodo del año pasado, el superávit cayó en una cuarta parte debido al pago extraordinario. Al presentar las cifras, Lewis advirtió por otro lado de los altos riesgos aún existentes por créditos abiertos.

La tendencia a una aparente recuperación de las entidades bancarias norteamericanas la habían marcado esta semana ya Goldman Sachs y J.P. Morgan Chase, que alcanzaron también beneficios millonarios, no previstos por los expertos.

Bank of America cuenta sin embargo aún con fuertes lastres por riesgos crediticios en el marco de la crisis financiera mundial y la creciente tasa de desempleo en Estados Unidos.

La entidad ha tenido que aumentar su disposición de capital a US$4.700 millones por el riesgo de impagos. Además, se han tenido que desembolsar ya US$3.600 millones por correcciones de balance debido a activos tóxicos.

Lewis advirtió por ello que el banco cargará con estos problemas hasta el otro año.

Los resultados trimestrales fueron positivos debido sobre todo a la venta de participaciones del Bank of America, que depararon a la entidad ingresos por unos US$9.100 millones antes de impuestos.

US$45.000 millones en inyecciones de capital del gobierno estadounidense y, a diferencia de otras grandes entidades norteamericanas, no ha reembolsado todavía los créditos.

El así llamado "test de estrés" del Estado, con el que se intentaba medir la estabilidad del sector bancario, determinó que el Bank of America era la entidad a la que más capital faltaba entre los grandes bancos, en total casi US$34.000 millones. El descubierto ha sido sin embargo casi compensado por completo a través de la emisión de nuevas acciones y la venta de participaciones.

La posición de Lewis sigue siendo complicada en la entidad. El Bank of America tropezó el año pasado a raíz de la adquisición del banco de inversión Merrill Lynch. Tras fuertes críticas por parte de los accionistas, Lewis tuvo que entregar su cargo paralelo como presidente del Consejo de Administración.