El presidente de Estados Unidos Barack Obama, negó este sábado fijar un plazo para una nueva intervención militar en Irak. El mandatario señaló que no cree que se vaya "a solucionar este problema en semanas" en medio de las dificultades del país para formar un nuevo gobierno.
"Creo que esto va a tardar cierto tiempo", agregó el mandatario en la Casa Blanca antes de irse de vacaciones a la isla de Martha's Vineyard, frente a la costa de Massachusetts. Según señaló Obama a los estadounidenses, esta nueva campaña que busca brindar seguridad a Irak, requiere cambios militares y políticos y "será un proyecto a largo plazo".
El presidente dijo que las fuerzas de seguridad iraquíes deben reestructurarse a fin de que puedan lanzar una ofensiva, para lo cual es necesario un gobierno central en Bagdad al que los militares y los ciudadanos le tengan confianza.
Según agregó, dijo que no cerrará la embajada estadounidense ni el consulado en Irbil, lo que significa que diplomáticos y efectivos militares permanecerán en Irak. Añadió que como comandante en jefe de las fuerzas armadas está obligado a proteger al personal estadounidense cuando y donde sea que enfrente un peligro.
El presidente afirmó que continúan los esfuerzos humanitarios para lanzar desde el aire alimentos y agua a grupos de minorías religiosas perseguidas y aisladas en una montaña, y agregó que se efectúan preparativos para ayudarlos a descender de allí.
Obama dijo que conversó el sábado en la mañana con el presidente francés Francois Hollande y el primer ministro británico David Cameron sobre acciones conjuntas de asistencia humanitaria, y que ambos expresaron un firme respaldo a las medidas que él ha adoptado.