El camino de Barcelona en Champions League llegó a su fin ante un rival al que no ha podido vencer en ya casi un año. Atlético de Madrid se quedó con los cuartos de final vuelta por la cuenta mínima y cerró un 2-1 en el global, haciendo pesar una categoría que dejó sin respuesta a los catalanes.
Las constantes rotaciones de Gerardo Martino comenzaron a ser uniformes en el tramo más decisivo de la temporada. Si en un principio optaba por darle minutos a todos sus intérpretes ofensivos, ahora se decantó definitivamente por jugadores de mejor toque para los denominados "partidos grandes"; los "jugones" como les denominan en España. Hoy, ante los "Colchoneros", Neymar y Cesc Fabregas volvieron a ser los acompañantes de Lionel Messi más los habituales en uno de los compromisos más importantes de lo que va de año.
Entre los más perjudicados está Alexis Sánchez. El ex técnico de Newell's prefirió dejar de lado la velocidad, los goles, y la buena campaña del chileno, para asegurar la posesión ante un rival que también sabe utilizar el balón y ser peligroso. El segundo goleador del equipo volvió a ser banca, tal como en la ida, tal como ante el Real Madrid, y más atrás ante el Manchester City.
Pero lo cierto es que el planteamiento no dio los resultados esperados. Tanto así, que los azulgrana vivieron una pesadilla en el inicio del partido en el Vicente Calderón. En seis minutos quedaron abajo en el marcador, y el travesaño salvó el segundo en tres oportunidades consecutivas (6', 13' y 19'). El gol lo convirtió Koke tras uno de los tantos errores en los que incurrieron los catalanes sobre el inicio.
De ahí en más, el Madrid prefirió bajar el ritmo y cerrarle los espacios a un elenco que buscaba con algo de torpeza el empate que los volviera a meter en la llave.
El libreto sería ese hasta que Martino se dio cuenta que debía mover la pizarra si es que tenía aspiraciones de seguir avanzando en el campeonato de clubes más importantes de Europa. Precisamente, el argentino optó por el ingreso de dos puntas que abrieran la cancha y subieran un cambio la velocidad del juego, deshaciendo la idea original para prescindir de Iniesta y Fabregas, dos de características más de traslado que de verticalidad.
Alexis Sánchez ingresó en el 60', y Pedro diez minutos más tarde para abrir el campo por el lado contrario, pero poco se pudo hacer. El bajo partido de Messi también contribuyó a la carencia de ideas que terminó por sepultar al Barcelona ante un equipo que sencillamente tuvo más oficio.
No hubo llegadas demasiado claras, ni muestras de gran fútbol en los pies de las numerosas individualidades. Barcelona cayó con justicia y se despidió ante el mismo rival que hoy lo aventaja en el siguiente objetivo del semestre, que es La Liga. Atlético de Madrid se instala con propiedad en la semifinales de Champions, y consolida su gran momento en el fútbol europeo.