Con un inspirado Lionel Messi, el Barcelona conquistó una nueva Copa del Rey tras vencer por 3-1 al Alavés, en el estadio Vicente Calderón, recinto que albergó su último partido oficial. Un premio de consuelo para cerrar una temporada irregular del equipo catalán.

La ceremonia comenzó con polémica, ya que ambas aficiones pitaron ruidosamente el himno de España, un hecho que fue ampliamente destacado por la prensa hispana.

El cuadro azulgrana apenas necesitó 45 minutos para dejar clara su inmensa superioridad, ante un conjunto vasco muy defensivo. A los 30', tras asistencia de Neymar, el astro argentino remató de zurda, desde la medialuna. Su tiro entró pegado al palo derecho de Pacheco, que nada pudo hacer. Era el 1-0 merecido.

El elenco blaquiazul reaccionó rápido. A los 32', Theo se matriculó con un verdadero golazo de tiro libre que se clavó en el vértice del pórtico de Cillessen. El marcador estaba igualado.

Cuando parecía que así se iban al descanso, apareció Neymar a los 44' para empujar el balón tras un buen centro desde la derecha de André Gomes. La jugada nació de Messi, el mejor de la cancha.

El gol culé le dolió al conjunto de Mauricio Pellegrino. Se jugaba el tercer minuto de descuento cuando Paco Alcácer sentenció la definición tras un espectacular arrebato individual de la Pulga, que lo dejó sólo frente al arquero.

El segundo tiempo se tornó friccionado y no hubo grandes opciones de gol para ambos equipos. El Barcelona controló las acciones ante un rival evidentemente inferior, que no supo aprovechar la temprana salida de Javier Mascherano, quien chocó con Llorente a los 8' y tuvo que salir del campo, con un corte en la cabeza y sangrando.

Así, Luis Enrique culminó su período como DT del Barcelona consiguiendo la Copa del Rey número 29 para el club, cuyo próximo técnico será Ernesto Valverde, según los medios catalanes.