El personal de dos aeronaves que volaron el martes sobre un barco de perforación submarina que encalló durante una severa tormenta en Alaska no advirtió señales de fuga de combustible o de daño al casco de la nave.
La nave, de la petrolera Dutch Royal Shell, efectuó actividades en el segundo semestre en el Artico y encalló frente a una pequeña isla cerca de la isla Kodiak, donde las corrientes casi no la han movido, dijo capitán Paul Mehler, coordinador del equipo federal de respuesta para esta situación.
"No hay señales de que haya escapado algún producto", dijo Mehler en conferencia de prensa en el centro de comando unificado en un hotel en Anchorage. "El Kalluk parece estable", apuntó.
Cuando la tormenta amaine y el clima lo permita, se tiene previsto que expertos marinos suban al Kulluk, tomen fotografías y videos, y presenten después un plan de salvamento más completo.
Mehler dijo que el Kulluk transporta unos 541.297 litros (143.000 galones) de diesel y unos 45.423 litros (12.000 galones) de aceite lubricante e hidráulico.
El barco de perforación encalló el lunes cerca de una costa de arena y gravilla frente a una isla deshabitada en el golfo de Alaska.
Un avión C-130 y un helicóptero de la Guardia Costera volaron el martes en la mañana sobre el barco. El mal tiempo ha impedido que expertos marinos suban a la nave, la cual resiste los embates de mar agitado.
Mehler dijo que un equipo de unas 500 personas trabaja en las acciones de respuesta frente a esta situación "y llegarán más personas".
Se mantiene el objetivo de subir a expertos para el rescate en el Kulluk y reflotar el barco, agregó.
Un directivo de Shell dijo que el barco de perforación fue construido con doble casco de acero reforzado de 7,5 centímetros (tres pulgadas) de espesor.
Recientemente se habían efectuado mejoras a la nave a un costo de 292 millones de dólares antes de que fuera utilizada por breve tiempo en el tercer trimestre en el mar de Beaufort, frente a la costa norte de Alaska.