Aunque la Cancillería y los representantes diplomáticos de Chile, en coordinación con las autoridades argentinas, habían anunciado que "no se permitirá la reunión de hinchas en ningún otro sector de la ciudad que no sea el estadio Monumental de River", esta tarde fueron cerca de 300 los seguidores nacionales que se aglomeraron en torno al Obelisco, tradicional punto de convocatorias masivas en Buenos Aires, para entonar cánticos y gritar "ceacheís" ante la sorpresa de los porteños, quienes a veces respondían a las expresiones de los chilenos. De cualquier modo, hubo calma, sin que se produjera siquiera un amago de altercado.
Así, los fanáticos pusieron algo de color en las calles al partido de la Albiceleste y la Roja, que hasta ahora sólo ha desatado el interés de los medios de comunicación.