El régimen sirio llevó a cabo este fin de semana su más sangriento bombardeo aéreo contra los barrios rebeldes de Alepo, causando 85 muertos después de que helicópteros de las fuerzas armadas lanzaran barriles de explosivos.
"Al menos 85 personas murieron, incluidos 65 civiles -entre ellos diez niños-, diez yihadistas del Frente al Nosra y diez desconocidos por los barriles de explosivos lanzados sobre el este de Alepo", afirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Hay que remontarse al 15 de diciembre para encontrar un balance de víctimas tan elevado en un bombardeo similar, con 76 muertos entonces.
Según el OSDH, 34 personas murieron, entre ellas seis niños y dos mujeres en Tariq al Bab y hay otros 22 muertos, entre ellos cinco mujeres y seis niños, en Salhin, Ansari y Marjé. Nueve personas más perdieron la vida en otros barrios, y los diez combatientes de Al Nosra, el brazo oficial de Al Qaida en Siria, en Chaar. Otros diez cuerpos no pudieron ser identificados.
Estos ataques se produjeron al día siguiente del cierre sin resultados de las negociaciones de paz en Ginebra entre el régimen y la oposición, conocidas como Ginebra II.
Paralelamente, el ejército lanzó una ofensiva para entrar en los barrios rebeldes del este de la ciudad, y el ministro sirio de Defensa, el general Fahd Jasem al Freij, se trasladó el viernes al lugar, según la agencia oficial Sana.
Según el diario Al-Watan, cercano al poder, el ejército "limpió" la mayoría del barrio de Qaram al Tarab al este y el de Bani Zeid al norte. El ejército quiere avanzar hacia estos barrios para atenazar militarmente a la ciudad .
En el centro de Siria, cerca de la frontera con Líbano, se llevaban a cabo "importantes operaciones militares", según el diario, destinadas a apoderarse de Zara, una localidad mayoritariamente Turkmena.