Pablo Guede ya tiene en mente la oncena titular de Colo Colo para este semestre. Como era de esperar, la formación ideal que planea el argentino parte con Jorge Valdivia. El volante es el gran fichaje de los albos en este mercado y su llegada le otorga todo el favoritismo al Cacique, que busca con urgencia ganar su estrella número 32.
Por lo mismo, la presión es máxima para el técnico albo. Ganar el Torneo de Transición es más que una obligación para el entrenador, sobre todo tras el rotundo fracaso deportivo de los primeros seis meses de 2017: su equipo fue eliminado en segunda ronda de la Copa Libertadores y fue subcampeón en el Torneo de Clausura, título que quedó en manos de Universidad de Chile. La institución se juega un proyecto deportivo y el DT, su continuidad.
Uno de los principales cambios apunta al esquema. El transandino prepara un 4-1-3-1-1 (ver cancha abajo). Un sistema con cuatro defensas y con un solo delantero nominal, a diferencia de lo que ocurrió en su primer año al mando, en el que los blancos jugaron con tres zagueros y con dos atacantes, salvo contadas excepciones.
Los resultados que trajo este diseño no fueron los mejores, tomando en cuenta las exigencias que tiene un club como Colo Colo. En sus primeros 12 meses como adiestrador, el ex Palestino y San Lorenzo sólo conquistó la Copa Chile 2016, hasta ahora, la única luz de una opaca campaña general. De ahí que recuperar el cetro en el terreno local es primordial para su continuidad. Otro tropiezo hará insostenible su permanencia, y más aún su relación con la hinchada alba.
El delantero en punta no será otro que Esteban Paredes. El ex seleccionado nacional es el gran aliado que tiene el técnico en el camarín. Fue su principal sostén en el pésimo inicio que registró a mediados de 2016, cuando arribó a Macul.
El ex Santiago Morning le ha respondido de buena manera, tanto fuera como dentro de la cancha. Por eso, seguirá en la primera línea, relegando, en este sentido, a Octavio Rivero.
Varios damnificados
Este nuevo Colo Colo dejará varios damnificados. De partida, en el arco estará Agustín Orión, cuya llegada aceleró la salida de Justo Villar, a quien le quedaba un año de contrato.
Sin embargo, la mayor sorpresa estará en la defensa. Según apuntan desde Blanco y Negro, el argentino nacionalizado chileno Julio Barroso será el gran afectado por la nueva conformación del bloque posterior.
El cambio no será inmediato. Para esto, Guede necesita que el argentino Matías Zaldivia se encuentre en óptimas condiciones físicas y futbolísticas. El zaguero está trabajando a la par de sus compañeros en la pretemporada en La Serena, luego de seis meses inactivo tras ser operado de una grave lesión en la rodilla derecha. En el cuerpo técnico esperan que en agosto ya esté listo para jugar y soportar 90 minutos sin problemas. Y en ese mismo instante, el puesto de Barroso, que por años parecía asegurado, estará en peligro.
El otro que se verá relegado es Esteban Pavez, principalmente por dos razones. La primera se llama Claudio Baeza (23). El volante volverá a jugar en su puesto, en la contención, luego de casi un año en la defensa. En el club sostienen que el oriundo de Los Ángeles es uno de los grandes proyectos vendibles. De hecho, estuvo cerca de partir, ya que contó con dos ofertas: una de México y otra de Brasil.
La otra razón que complica a Pavez es su conducta extradeportiva. Hace unas semanas fue detenido a balazos manejando ebrio en Ñuñoa. Por lo mismo, su futuro no es muy optimista.
El peruano Christofer Gonzales se vislumbra como una de las grandes novedades. Las demás estarán a cargo de los refuerzos. Guede dijo que eran sus principales opciones: llegaron a jugar.