Los visitantes que llegarán hasta Belén, en Cisjordania, para la Navidad, se encontrarán con la Basílica de la Natividad, el lugar donde según la tradición cristiana nació Jesús, con gran cantidad de andamios, algunos de sus frescos y pinturas cubiertos y sus columnas de mármol protegidas. Eso porque está en medio de una de las mayores obras de restauración de los últimos tres siglos. Unos arreglos que han sido posibles gracias a la determinación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que puso de acuerdo a las tres confesiones que administran el templo, y a los diversos aportes para realizar los trabajos.

Lo cierto es que la Basílica de la Natividad, construida en el siglo VI, apenas ha experimentado cambios. Resistió a las numerosas guerras y las distintas potencias que pasaron por ahí -persas, cruzados, mamelucos, turcos, británicos y por último los israelíes en 1967- la dejaron tal cual. Pero el paso del tiempo se ha convertido en su mayor enemigo, a tal punto que la Unesco la ha colocado en la "lista roja" de los lugares en peligro calificados como Patrimonio Mundial. Y no se trata de que sólo estén en riesgo las pinturas y los mosaicos que hay en su interior, sino que hay temor de que todo el edificio pueda colapsar.

La demora en los trabajos de recuperación y restauración se debió a las diferencias entre las tres confesiones que están a cargo de la basílica: la Iglesia Católica, la griego-ortodoxa y la armenia-ortodoxa. Las zonas que corresponden a cada una de esa iglesias están delimitadas meticulosamente, pues han sido muchos los años en los que los religiosos que operan en el lugar han tenido roces, especialmente ante la gran afluencia de público que acude en diciembre. Las últimas riñas importantes fueron en 2007 y 2011, cuando tuvo que intervenir la policía palestina.

Lo mismo ocurrió con la restauración. Como no pudieron ponerse de acuerdo durante décadas con el tema de la financiación, la ANP tomó las riendas del asunto. "Colocamos a las tres confesiones ante la disyuntiva: o se ponen ustedes de acuerdo sobre la reforma o lo asumimos nosotros", dijo a la agencia Efe Siad Bendek, director de la comisión palestina que dirige la reforma del templo, quien además asesora al Presidente palestino Mahmoud Abbas (que es musulmán) en cuestiones cristianas. Así, en 2008, el gobierno palestino se hizo cargo.

De esta forma, se consiguió reunir US$ 2,5 millones, de los que un millón proviene de la ANP, otros 680.000 de distintas instituciones financieras palestinas y el resto de los gobiernos de Hungría, Rusia, Grecia, España, el Vaticano y Francia. Pero esa cifra está muy lejos de los US$ 15 millones que se estima que se necesitan para la renovación completa, desde los cimientos hasta el techo. Pero con eso sirvió al menos para hacer un estudio de viabilidad y echar a andar los trabajos.

El concurso internacional para los trabajos lo ganó la empresa italiana especializada en restauraciones Piacenti. Los trabajos comenzaron en septiembre por el techo, donde había numerosas filtraciones. También las ventanas han sido cambiadas. Pero, independiente de los trabajos, la basílica mantendrá sus puertas abiertas para recibir a los peregrinos.