En el corazón del barrio Yungay, comuna de Santiago, cuatro contenedores desbordados de basura, cáscaras de verduras y ropa vieja copan de malos olores la esquina de Rafael Sotomayor con Santo Domingo. La escena se repite en varios puntos de la Región Metropolitana y de otras ciudades, en las cuales el servicio de retiro de basura municipal ha paralizado en apoyo a la movilización de los funcionarios públicos, iniciada el 2 de noviembre. Se trata de una protesta en contra de la oferta de reajuste, de 3,2%, ofrecida por el gobierno y que fue rechazada en el Congreso. La autoridad actualmente trabaja en esta materia.
Mientras el tema se sigue negociando, comerciantes del barrio Yungay -y de otros sectores- contaron que estaban pagando a particulares para que se llevaran la basura. Pero no todos pueden hacerlo, como en el caso de Flor Llanca, dueña del minimarket "La Perla", ubicado a un costado de cuatro contenedores.
"Por culpa de esto me han bajado las ventas, hay poco flujo de gente y eso afecta mi negocio, nadie viene a comprar", dijo. Agregó que ella y sus vecinos han tenido que combatir moscas y otras repentinas plagas, tanto en el local como en su hogar, producto de la emergencia, incrementada por el calor.
Jacob Bahamondes, residente del mismo barrio, relata que "la basura también da un mal aspecto y es peligrosa para los niños".
Blanca Ramírez, funcionaria del Colegio Diego de Almagro, ubicado a pocas cuadras de allí, advierte que "todo esto puede afectar, en términos de infecciones, a los alumnos".
El seremi de Salud de la RM, Carlos Aranda, aseguró que "hemos tomado medidas de contingencia para evitar riesgos para la salud pública".
Postas y consultorios
A los 400 consultorios movilizados, este lunes se habrían sumado las postas rurales y los centros de salud familiares (Cecof), según informó Esteban Maturana, presidente de la Confusam (Confederación de Funcionarios de la Salud Municipal). "Son cera de dos mil establecimientos en todo Chile, que en un 90% están movilizados. Pero todos los servicios de urgencia (Sapu) están funcionando con turnos éticos. El paro no es contra la gente, es contra el gobierno", aclaró el dirigente.
En la atención de salud hospitalaria, en tanto, los efectos han sido más bien administrativos, explicó el presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud (Fenats), Ricardo Ruiz.
"Hemos mantenido las cirugías y, fundamentalmente, la gente que se moviliza son administrativos o los que vienen saliendo del turno de noche. Ningún director nos ha informado que por el paro se hayan tenido que postergar operaciones. Está toda la disposición", dijo.
Pasos fronterizos
Los efectos de la movilización también se notaron en los pasos fronterizos, donde la orden a los 1.900 funcionarios de Aduanas en todo el país fue "demorar" la revisión de las cargas y suspender la atención a público en las oficinas administrativas.
En el Paso Los Libertadores, por ejemplo, se atendió a grupos de camioneros, con espacios de una a dos horas entre uno y otro, lo que generó largas filas. En el control de pasajeros del aeropuerto de Santiago, y en coordinación con el SAG, la atención también fue más lenta en los momentos peaks del día. "Efectivamente, hubo una demora mayor respecto de un día normal, pero al final igual se les dio atención a todos los pasajeros que llegaban", señaló Marcelo Reyes, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios de Aduanas (Anfach).
Sobre las críticas del empresariado ante eventuales pérdidas, por demoras en la revisión de contenedores para la exportación, indicó que se están dejando pasar solamente aquellos objetos perecibles. "El sector empresarial siempre culpa a los funcionarios, pero consideramos que la responsabilidad real de esta movilización es el gobierno", advirtió el dirigente.