Nada de manejar el partido ni buscar la compensación. En un partido de fútbol juvenil en Paraguay el árbitro decidió expulsar a 36 jugadores, es decir los dos equipos completos y los suplentes, después de una batalla campal.

Libertad derrotaba por 2-1 a Teniente Fariña, cuando el juez paraguayo Néstor Guillén debió mostrar la tarjeta roja a un jugador de cada equipo. Pero esa situación dio inicio a una dura pelea entre los dos planteles.

Combos, patadas voladoras y carreras persiguiendo a un rival se repartieron por toda la cancha, en un enfrentamiento total entre ambos equipos. Por eso es que el árbitro no se complicó y los mandó a todos expulsados a los camarines.