Tres días después de asegurarse prácticamente el campeonato alemán, Bayern Múnich podría despedirse de la Champions League si es que no remonta una desventaja de dos goles ante el Porto.
El compromiso llega precedido de una semana turbulenta, en la que el médico del club Hans-Wilhelm Mueller-Wohlfahrt, quien llevaba cuatro décadas en el cargo, renunció tras decir que se lo había acusado injustamente de la derrota 3-1 del partido de ida. El equipo de Pep Guardiola afrontó ese compromiso lleno de lesionados.
El ambiente mejoró un poco tras la victoria 2-0 del sábado sobre Hoffenheim, que dejó al club en condiciones de asegurarse el título de la Bundesliga el próximo fin de semana.
Sin embargo, los antecedentes no dan para ilusionarse. Bayern nunca remontó una desventaja de dos goles en competencias europeas. Las cuatro veces que lo intentó se quedó corto. Porto, entre tanto, no ha perdido de visitante esta temporada, en que ganó tres partidos y empató dos afuera.
"Tenemos que ganar por lo menos con 2-0, así que tenemos que crear muchas ocasiones de gol -dijo Guardiola en la previa-, pero también tenemos que trabajar bien en términos defensivos, para no encajar goles".
Una eliminación en los cuartos de final sería un golpe duro para el técnico español, quien está en el segundo año de un contrato por tres temporadas. Bajo su conducción, el elenco bávaro ganó la Bundesliga y la Copa de Alemania, pero fue eliminado en Champions por Real Madrid en las semifinales. Ahora se expone a partir más temprano todavía y ante un equipo de menos quilates.
"Este partido es como una final y será muy difícil, pero tengo plena confianza en mis jugadores", finalizó Guardiola.