Cuando llega el fin de su turno como mecánico, Cefas Bansah vuelve a su casa en Ludwigshafen, Alemania, se cambia el uniforme azul por ropa de colores, se pone su corona, se sienta en su trono y se conecta a Skype.
A la distancia, el hombre gobierna un reino tradicional en Ghana, a más de 6.000 kilómetros.
Bansah, de 66 años, tiene casi 300.000 súbditos en Hohoe, cerca de la frontera con Togo. Pero vive en Alemania, desde donde conversa con sus súbditos en sesiones y discursos individuales, y se reúne con líderes locales.
Depende de la tecnología no sólo para comunicarse. Sin la capacidad de financiamiento propio, está haciendo una colecta en línea para construir una escuela técnica para su pueblo, el grupo étnico Ewe.
Hasta el momento ha recaudado más de US$19.300.
"Sin toda esta tecnología sería imposible", le dice Bansah a BBC Brasil, en una entrevista telefónica.
El rey llegó al poder en 1992 tras la muerte de su abuelo. Fue coronado después de un salto en la línea de sucesión - su padre y el mayor de sus 75 hermanos no tuvieron éxito por una razón curiosa: ambos son zurdos, sinónimo de falta de honradez en su etnia.
Cuando su abuelo murió, Bansah estaba terminando un curso de técnico mecánico en Alemania. Decidió quedarse lejos porque podía hacer más contactos y conseguir alianzas y donaciones para su reino.
"A los alemanes les gusto y a mí me gusta Alemania. Así que empecé a hacer los programas humanitarios", dice.
Dice haber ayudado a pagar la escuela de los niños, ha construido cinco puentes y cuatro escuelas técnicas.
"Ellos [los súbditos] no me pidieron que volviera, porque saben que si me quedo en Alemania, puedo ayudarlos".
Él dice que al principio se comunicaba por fax y e iba a Ghana cerca de ocho veces al año. Con Skype, las visitas disminuyeron a la mitad.
"Yo uso Skype para hablar con mi hermano y mi gente y saber cómo van las cosas, si necesita más puentes, más escuelas, cómo están las obras", dice.
Ewe
El reino Hohoe es un lugar de casas de barro, compartidos por varias familias.
La sociedad es polígama y, según la tradición, todos descienden de un mismo ancestro.
Los 75 hermanos Bansah, por ejemplo, son hijos de 12 mujeres diferentes.
El grupo étnico Ewe representa, dice, el 13% de la población de su país.
Practican el vudú, tradición religiosa que, según Bansah, los blancos ven con prejuicio.
"El vudú significa que hay que respetar la naturaleza, los ríos, los bosques. Los blancos que vienen a África escriben cosas malas sobre el vudú. Nosotros nos amamos, respetamos unos a otros y sabemos que sin la naturaleza no podemos vivir", dice .
Según él, con la llegada de los colonizadores europeos, los antepasados de las ewes abandonaron las costumbres del vudú y adoptaron las religiones cristianas. Pero la creencia tradicional ha aumentado en los últimos años.
Él, por ejemplo, es un presbiteriano que también sigue el vudú.
El rey dice que tiene buenas relaciones con el gobierno local, pero su prioridad es ayudar a su gente, no hacer política tradicional.
"No tengo tiempo para la política. Yo uso mi tiempo para ayudar a los pobres. Los políticos hacen su política, hago lo que puedo hacer."
Una "vaca"
El gran proyecto Bansah para el desarrollo de Ghana es fomentar las actividades técnicas y artesanales.
"La artesanía es la base de la sociedad. Ahí es donde empezó todo", dice. "Y funcionó conmigo".
Según el líder, el gobierno está actuando y la educación es obligatoria, pero muchos padres no logran llegar a pagar la mensualidad.
Esto explica el éxito de la recaudación pública para poder construir una nueva escuela. El proyecto incluye un establecimiento que impartirá, entre otros oficios, carpintería, mecánica y textil.
Los textiles son la prioridad, dijo, ya que están dirigidos a las mujeres.
Bansah afirma que en Hohoe, ellas están en primer lugar. Aunque los hombres son los responsables de mantener a la familia, se anima a las mujeres a tener una profesión, ya que en una sociedad polígama, la mujer puede ser abandonada en cualquier momento.
El dinero para la construcción también proviene de otras fuentes. Convertido en un verdadero showman, Bansah se hizo famoso en Alemania y vende recuerdos como camisetas, bolsos y gafas de sol con fotos de él.
"Le gusto a muchas mujeres, entonces compran", dice con una sonrisa.