La magnitud de lo que está ocurriendo en el Sol no es fácil de comprender.
Las corrientes de viento solar, unas partículas cargadas expulsadas de la atmósfera superior del Sol, pueden tener una velocidad de 400 kilómetros por segundo, lo que equivale a un millón y medio de kilómetros por hora.
Pero cuando estos vientos son emitidos por un hueco coronal, un fenómeno astronómico que aparece en la corona (atmósfera) del sol de vez en cuando, son mucho más intensos: su velocidad puede ser de 800 kilómetros por segundo.
Y fue precisamente eso, un hueco coronal en el Sol, lo que detectó hace pocos días el Observatorio de Dinámica Solar de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
Fue captado gracias a una luz ultravioleta particularmente intensa que el ojo humano no puede apreciar.
Se ve de color negro, y aunque se le conoce como hueco, en realidad no es un hoyo.
Tamaño "sustancial"
Según explica la NASA, este tipo de fenómenos son áreas abiertas del campo magnético del Sol a través de las cuales se expulsan al espacio corrientes de viento solar que se mueven a gran velocidad.
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Las auroras polares son una de las consecuencias de los huecos coronales.[/caption]
En estas zonas de la atmósfera exterior del Sol, conocida como corona, la densidad y la temperatura son menores que en la superficie solar.
La duración de los huecos es variable, y oscila entre semanas y meses. En este período de tiempo, la emisión de corrientes de viento solar es constante.
Suelen presentarse con mayor frecuencia en los años subsecuentes al momento en el que se presenta el máximo solar, el período de mayor actividad que tiene el Sol en su ciclo y que suele durar 11 años.
La dimensión de estos fenómenos es considerable. En algunas ocasiones pueden ocupar un cuarto de su superficie.
En esta ocasión, la NASA ha descrito al hueco que acaba de descubrir como "sustancial".
El año pasado se detectó uno de los más grandes que se habían visto en décadas. Se situaba cerca del polo sur y cubría aproximadamente 8% de la superficie de la estrella, lo que representa miles de millones de kilómetros cuadrados.
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En ciertas ocasiones, el funcionamiento de los satélites puede verse afectado por las corrientes de viento solar.[/caption]
¿Qué puede pasar?
Se espera que, en estos días, las partículas solares que se han desprendido de la inmensa estrella empiecen a llegar a la Tierra.
Cuando las corrientes llegan a nuestro planeta, las partículas envuelven a la magnetosfera terrestre e interactúan con ella.
La magnetosfera es una región alrededor de la Tierra en la que su campo magnético desvía la mayor parte del viento solar formando un escudo protector contra las partículas cargadas de alta energía procedentes del Sol.
Según la NASA, una de las consecuencias de este fenómeno es que ocurren intensas auroras polares.
Adicionalmente, la interacción de las corrientes solares con la Tierra puede afectar el funcionamiento de los satélites que orbitan en el espacio y las actividades que éstos regulan.
Sin embargo, esto ocurre con menos frecuencia.
La magnetosfera protege nuestro planeta de la mayoría de las partículas que emite el Sol. Así que para los habitantes del planeta, no hay mayores riesgos.