Namibia Flores sueña hace años con representar a su país, Cuba, en una disciplina en la que tiene estirpe olímpica: el boxeo. Sin embargo, no tiene permitido hacerlo. Y una documentalista estadounidense, Meg Smaker, decidió filmar un documental sobre su historia. El documental, South by Southwest, ganó recientemente un premio en el festival de cine de Austin, Texas.

"Me dicen que (no puedo boxear) porque la fallecida esposa del presidente, (Vilma Espín, quien era la presidenta de la Federación de mujeres cubanas), rechazó la petición de que se aprobara el boxeo femenino, aparentemente porque era muy violento, un deporte muy abrasivo para las mujeres", le explicó Flores a la BBC.

El año pasado el jefe del equipo cubano de boxeo, Pedro Roque, le dijo a un medio deportivo que las mujeres cubanas "están hechas para la belleza y no para llevar golpes en al cabeza".

Ahora Namibia Flores ha decidido dejar la isla para continuar entrenando en Estados Unidos. En entrevista con la BBC, señaló que "ahora, puedo entrenar más serio y voy a demostrarme yo misma que no fue por gusto tantos años de sacrificio (en Cuba), de entrenamiento en vano. Voy a demostrarle al mundo que soy una campeona y que puedo, y que la mujer sí puede".

Contó que "existieron otras muchachas que quisieron integrarse, pero como no lo aprueban se fueron. Y es bien frustrante porque nosotras sabemos que el boxeo cubano es muy bueno y que podemos representar también al país y que podemos hacer igual (que los hombres) y que podemos  boxear, y que digan que no".

Dijo que en Cuba ella entrenaba en un gimnasio para hombres: "Hago los mismos ejercicios que hacen los hombres, la misma técnica. Hago las escuelas de combate con los hombres que tengan mi peso (…) Tuve la oportunidad de entrenar un mes con la selección nacional juvenil de boxeo y hacer sparring con ellos".

"Me siento un poco triste, pero a la vez me siento con más fuerza porque ya sé que ahora sí, todo lo que en el pasado hice ahora lo puedo convertir en realidad".