Pese a la realidad con la que deben convivir a diario, la mayoría de las familias de gitanos que fijaron su residencia en Francia no quieren abandonar el territorio galo.

Así lo pudo comprobar Gerardo Lissardy, colaborador de BBC Mundo en París, quien se trasladó hasta uno de los campamentos que se encuentra a las afueras de la capital francesa.