El Banco Central redujo sus expectativas de inflación para este año desde un 4% previsto en junio hasta un 3,3%, según el Informe de Política Monetaria correspondiente a septiembre y presentado hoy por José De Gregorio ante la Comisión de Hacienda del Senado. Para los próximos dos años,  en tanto, el Consejo prevé que el IPC se mantenga en torno a la meta de 3%.

El IPoM señala que se han ido concretando escenarios de riesgo anticipados para la economía externa y que actualmente hay dudas sobre la recuperación del crecimiento de las economías desarrolladas, de cómo se resolverá el alto endeudamiento público y privado de algunos países de la Eurozona y sobre los problemas de consolidación de las finanzas públicas en Estados Unidos.

José De Gregorio explicó que la inflación "ha completado un proceso de convergencia a la meta de 3%. Los temores inflacionarios resurgieron durante el primer trimestre del año, pero amainaron tras las decisiones de política monetaria del Consejo y los cambios en el escenario macroeconómico externo. Así, hemos llegado a una situación en que la Tasa de Política Monetaria se ubica en un rango de valores considerados normales".

Adicionalmente, el instituto emisor acotó su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año a un rango de entre 6,25% y 6,75%, desde el 6% y 7% proyectado en el Informe anterior.

Asimismo, por primera en el año el ente rector entregó sus expectativas de expansión económica para 2012, las que situó en un rango de entre 4,25% y 5,25%.

"El rango de crecimiento para este año está dentro de lo proyectado en junio, pero con una desaceleración que en el segundo semestre será más marcada que lo previsto en el IPoM anterior", detalla el documento.

En materia de demanda interna, el Banco Central subió su estimación de crecimiento para este año desde un 8,5% hasta un 9,1%, mientras que para el próximo año se espera un avance de 4,5%.

El Banco Central ajustó al alza su proyección 2011 para el crecimiento de la inversión, desde un 11,9% en el IPoM pasado a un 14,4%. Para 2012, en tanto, prevén una expansión de 7,1%.  Por su parte, el consumo avanzaría un 8,2% este año y no un 8,3% como se pronosticó anteriormente, mientras que el próximo año éste subiría en 4,9%.

En otro tema, el IPoM corrigió a la baja el crecimiento mundial estimado para este año y el próximo, desde una expansión de 4,1% para este año y de 4,5% para el próximo, hasta un avance de 3,9% en 2011 y de 4% en 2012.

TIPO DE CAMBIO
"Un factor distintivo del actual episodio de estrés financiero ha sido la respuesta del peso. A diferencia de episodios anteriores, en donde el peso reaccionaba, esta vez la depreciación inicial se ha revertido rápidamente", destacó el Consejo del Banco Central.

Asimismo, indicaron que el nivel actual del tipo de cambio real, "está dentro del rango de valores coherentes con sus fundamentos de largo plazo".

En este contexto, indican que "como supuesto de trabajo, se considera que el tipo de cambio real se mantendrá en torno a su nivel actual".

COBRE Y PETRÓLEO
El instituto emisor señaló que las perspectivas de mayor debilidad en las economías desarrolladas y sus efectos en el crecimiento mundial se han reflejado en una caída de los precios de las materias primas.  En este contexto, el Consejo corrigió a la baja los escenarios base tanto para el petróleo como para el cobre en 2011 y 2012.

El IPoM de septiembre si bien mantiene las proyecciones del precio del cobre en US$4,15 la libra para este año, reduce estas estimaciones para 2012, desde US$4 la libra en junio a US$3,7, mientras que para 2013 prevé que el precio del metal rojo llegue a US$3,5 la libra.

En cuanto al precio del petróleo, el ente rector baja sus proyecciones para este año desde US$99 el barril a US$93 el barril. Para 2012 se había proyectado que el crudo alcanzaría los US$103 el barril, cifra que es corregida hasta US$89 el barril, mientras que para 2013 se estima que llegaría a US$91 el barril de WTI.

RIESGOS
El Banco Central sostiene que el balance de riesgos para la actividad  está sesgado a la baja, mientras que para la inflación está equilibrado.

Los principales riesgos detectados por el ente rector se relacionan con el complejo panorama internacional y no descartan que puedan repetirse o intensificarse episodios de estrés que tengan consecuencias en el sector financiero y en la confianza de los agentes económicos.

También menciona la posibilidad que el bajo crecimiento del mundo desarrollado se extienda más allá de lo proyectado. Además, se considera como riesgo un rebrote de los flujos de capitales hacia economías emergentes (lo que se traduce en la apreciación de las monedas locales frente al dólar).

Internamente, señalan como riesgo que la economía nacional siga mostrando un crecimiento por sobre su tendencia, lo que implicaría presiones inflacionarias incoherentes con la meta de inflación.