El Banco Central Europeo dijo este jueves que iniciará su nuevo programa de compras de bonos gubernamentales el 9 de marzo, con la esperanza de que la inyección de dinero nuevo en la vacilante economía de la zona euro impulse al crecimiento y eleve la inflación.

El BCE comprará deuda soberana hasta al menos septiembre de 2016.

"El 9 de marzo de 2015 comenzaremos a comprar valores del sector público denominados en euros en el mercado secundario. También seguiremos comprando valores respaldados por activos y bonos cubiertos, que iniciamos el año pasado", declaró el presidente del BCE, Mario Draghi, en una conferencia de prensa tras la reunión de política monetaria de la entidad en Chipre.

Las compras comenzarán en momentos en que la zona euro muestra señales de una aceleración del crecimiento. Importantes indicadores han superado los pronósticos de analistas desde que el BCE dio a conocer su plan de compras de activos el 22 de enero.

El BCE planea gastar 60.000 millones de euros (US$66.740 millones) al mes en la compra de bonos soberanos y de algunos activos del sector privado.

CRECIMIENTO

Además el BCE elevó sus estimaciones sobre el crecimiento de la economía de la zona euro pero redujo sus proyecciones de inflación a cero para el 2015, debido al impacto de la fuerte caída de los precios del petróleo y la debilidad del euro.

Las proyecciones anteriores del BCE, informadas en diciembre, fueron realizadas antes de que los precios del crudo agudizaran su caída.

"Los riesgos que rodean al panorama económico para el área del euro siguen a la baja pero han disminuido tras las recientes decisiones de política monetaria y el declive en los precios del petróleo", dijo Draghi.

El BCE ahora espera que el crecimiento del PIB se acelere a un 1,5% en el 2015 respecto al 0,9% del año pasado y por encima de la previsión de diciembre de una expansión de 1%.
 
También prevé un crecimiento de la producción económica de 1,9% en la zona euro en el 2016, mayor a la estimación de diciembre, y una expansión de 2,1% en el 2017.

El banco central recortó su proyección de inflación en el 2015 a cero desde 0,7% en diciembre y elevó su estimación del índice de precios a 1,5% para el año próximo, que se compara con una previsión inflacionaria de 1,3% dada a conocer en diciembre.

El BCE espera además que la inflación se acelere a un 1,8% en el 2017, cerca del objetivo establecido por la entidad de apenas por debajo del 2%.

Draghi dijo que los ajustes reflejaron el impacto de la caída de los precios del crudo que comenzó a mediados del año pasado, la depreciación del euro y los efectos de las recientes medidas de política monetaria tomadas por el BCE.