El Banco Central Europeo (BCE) redujo sus tasas de interés a mínimos históricos este jueves y llevó su tasa de depósitos a menos de cero, para combatir el riesgo de que la zona euro sufra de una deflación como la de Japón.
El recorte marca la primera vez que el BCE establece una tasa de depósitos negativa, que en la práctica implica que cobrará a los bancos por guardar dinero en la entidad. Esta medida fue una respuesta a la desaceleración de la inflación y a una débil tasa de préstamos en la zona euro.
La combinación de esos factores podría arrastrar a la economía a una posición complicada.
El BCE recortó la tasa de depósitos a -0,10%, lo que significa que cobrará a los bancos por mantener su dinero a un día en el banco central.
Además, redujo la principal tasa de refinanciamiento a 0,15% y la tasa marginal de crédito, o tasa de préstamos de emergencia, a un 0,40%.
Economistas consultados en un sondeo de Reuters pronosticaban que el BCE recortaría la tasa de depósitos a -0,10%, desde cero; y la tasa de refinanciamiento a un 0,10%, desde un 0,2%. Además, que lanzaría una operación de refinanciación para las empresas.
La decisión era ampliamente esperada después de que el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo el mes pasado que el consejo del banco se sentía "cómodo para actuar la próxima vez", pero que primero quería ver proyecciones económicas actualizadas de los técnicos de la entidad.
Los mercados centrarán ahora su atención en la conferencia de prensa de Draghi, en la que se espera ampliamente que anuncie otras medidas para complementar la rebaja de tasas.