Las personas que consumen cerveza o tragos con alcohol regularmente correrían más riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer, sobre todo si beben todos los días, según sugirió un nuevo estudio.
Un grupo de investigadores halló entre casi 3.600 varones canadienses de 35 a 70 años que aquellos que consumían en promedio al menos una bebida alcohólica por día tenían mayor riesgo de padecer una serie de cánceres que los hombres que bebían ocasionalmente o eran abstemios.
Entre esos peligros se encontraban el cáncer de esófago, estómago, colon, pulmón, páncreas, hígado y próstata.
Cuando el equipo observó los diferentes tipos de alcohol consumidos halló que sólo la cerveza y los "tragos" -no el vino- se relacionaban con un riesgo más elevado de cáncer.
En general, las posibilidades aumentaban a la par del consumo de alcohol en la vida de cada hombre, según los resultados publicados en la revista Cancer Prevention and Detection.
En varios tipos de cáncer, los hombres que bebían al menos una copa por día solían correr más riesgos que aquellos que consumían alcohol regularmente pero no a diario.
En el caso del cáncer de esófago, por ejemplo, los varones que bebían alcohol entre una y seis veces por semana tenían un 83 por ciento más de riesgo que los abstemios y los consumidores menos frecuentes de alcohol, mientras que los bebedores diarios corrían el triple de peligro.
Asimismo, cuando los investigadores observaron sólo a los consumidores diarios de alcohol, los riesgos generalmente se incrementaban con la cantidad de años de ingesta alcohólica.
"Nuestros resultados muestran que los mayores consumidores a lo largo de sus vidas tenían los aumentos más significativos en el riesgo de desarrollar cáncer en múltiples lugares", dijo a Reuters Health la doctora Andrea Benedetti, de la McGill University en Montreal, directora del estudio.
Muchas investigaciones han sugerido que la ingesta moderada de alcohol, generalmente definida como no más de una o dos copas por día, puede ser un hábito saludable, particularmente cuando se trata de disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca.
Pero el estudio actual indica que aún un consumo moderado como ese está ligado a riesgos superiores de desarrollar ciertos cánceres, al menos cuando se trata de la cerveza o los tragos.
La pregunta es si los bebedores moderados deberían detener el consumo, pero eso no puede responderse con un solo estudio, señaló Benedetti.
"En términos de equilibrar este riesgo (de cáncer) con los peligros de enfermedad cardiovascular, las personas deberían hablar con sus médicos", añadió la experta.