El recuerdo del primer semestre del año atormenta a los azules. La paupérrima campaña sigue siendo el estigma con el que carga Sebastián Beccacece. Ni Carlos Heller lo elude. Dice abiertamente que el cuerpo técnico está presionado. Y que dicha presión "se va a mantener hasta que salga campeón". Sin dobles lecturas.
Pese a los infinitos cuestionamientos tras una primera mitad de año vergonzosa, la directiva de Azul Azul ratificó al DT y dio vuelta la página. O al menos eso intenta. En total, ya suma ocho incorporaciones y la directiva todavía no cierra el tema. Podrían ser diez. El título, eso sí, es el único anhelo. La nueva U apuesta alto.
La renovación casi completa del plantel, sin embargo, no borra el escepticismo. Entre los históricos, por ejemplo, quienes creen que la jugada sigue siendo arriesgada. "El cuerpo técnico no tiene margen de error. Han llegado jugadores importantes, pero la película es clara: no le van a dar más de tres partidos. Tiene que ganar o ganar", dice Sandrino Castec, ídolo azul de la década de 1980. "La obligación es salir campeón. Hubo un cambio estructural total. Ojalá que todos los nuevos sepan qué significa estar en la U y que se empapen de los colores, como no ha pasado con los que han llegado durante el último tiempo. Como sea, la obligación es el título sí o sí", sentencia.
"Necesita ganar desde el arranque porque tiene poco o casi nada de crédito", dice Víctor Hugo Castañeda, otro ícono de los los azules, campeón en 1994 y 1995. Para él, la gran cantidad de refuerzos no asegura que lo del semestre pasado cambie y, por el contrario, cree que podría terminar un factor de riesgo. "Lo que pasa es que hay que ver a los que llegan. No es fácil jugar en la U. La jerarquía de Gustavo Canales, por ejemplo, aún no la veo reemplazada. Lo mismo el aporte de Mathías Corujo y Guzmán Pereira", acota. Y culmina: "No hay excusas. Al cuerpo técnico se le dio todo lo que ha pedido. Ya lo dijo el presidente. Ahora no queda otra que rendir".
La visión del ex volante concuerda con la de Heller. que no sólo presionó al cuerpo técnico, sino también a los jugadores e incluso a los directivos. "Todos los que llegan saben que tienen que pelear campeonatos y clasificar a copas internacionales", dijo. "La presión es de todos. Tuvimos un primer semestre malo. No me gustaría pensar en otro fracaso. Tenemos la fe y las ganas. Creemos que se viene un semestre tranquilo", cerró.
Mientras, César Vaccia dice que no le hace sentido el gran número de contrataciones. "Sobre todo porque el torneo es corto y los resultados deben ser inmediatos. No es fácil hacer funcionar a un equipo con tantas caras nuevas", expresa el DT campeón con los azules en 1999 y 2000. "La presión es innegable. Y, como le trajeron todo, la dirigencia va a exigir. La obligación es ser campeón o, al menos, que pelee el título hasta el final. Ojalá Beccacece haya sacado lecciones. Confío en que sí y que las cosas andarán bien para la U ", augura.
Y mientras el equipo se prepara para tener ante Estudiantes de La Plata en el Estadio Nacional (19.00) uno de sus últimos aprontes antes del inicio del Torneo de Apertura, Mathías Corujo alista su adiós. No será considerado por Beccacece y no volverá a vestir de azul. "Tengo que irme porque acá no me quieren. No estoy de vacaciones. Nadie me ha llamado para entrenar", dijo al programa de radio online 100% Azules. "Mi idea siempre fue quedarme, pero a partir de ahora son otras las circunstancias. Ya no tengo muchas ganas de estar acá. Estoy buscando nuevos horizontes", finalizó.
Su versión, eso sí, contrasta con la de la dirigencia. Heller, de hecho, expresó que "nadie quiere sacar a nadie. Está esperando ofertas. Si llega algo bueno para él y para el club, se le abrirán las puertas", afirmó. "De lo contrario, seguirá siendo jugador nuestro", culminó el timonel de un equipo que, aunque se ha reforzado como nadie, parte presionándose a sí mismo.