La ciudad de Beijing movilizará a 100.000 de sus ciudadanos, en su mayoría voluntarios en zonas residenciales de la gran urbe, para que colaboren en labores de "inteligencia" como parte de la campaña antiterrorista iniciada en el país a raíz de recientes atentados en zonas públicas.
Según informaron hoy los diarios Beijing News y Beijing Youth Daily, dos de las principales cabeceras de la capital china, los voluntarios deberán reportar a las instituciones de seguridad pública cualquier movimiento sospechoso que vean en sus comunidades.
Cualquier información de interés que den estos ciudadanos será recompensada con dos yuanes (unos 30 centavos de dólar, o 25 céntimos de euro), aunque la cifra puede multiplicarse por cien si se aporta mayor información en el curso de un mes, señaló un grupo de estos voluntarios a Beijing Youth Daily.
La utilización de voluntarios como enlace entre las fuerzas de seguridad y las comunidades vecinales, a veces incluso en labores de inteligencia, es frecuente en las grandes ciudades chinas, donde este tipo de voluntarios, con frecuencia personas jubiladas, "patrullan" las zonas residenciales.
La movilización, en este caso, se produce a raíz de un aumento en el número de ataques indiscriminados contra población civil que varias ciudades chinas han sufrido en los últimos meses, y que el régimen comunista atribuye a grupos terroristas separatistas de la región noroccidental de Xinjiang, habitada por musulmanes uigures.
El peor de estos sucesos ocurrió la semana pasada en un mercado de Urumqi, capital regional de Xinjiang, donde un atentado con coches bomba causó 39 muertos y 94 heridos.