Entre la satisfacción por la mejora económica de los últimos años y por el gran movimiento turístico en la ciudad, la preocupación por la inestabilidad política y su condición de pequeña minoría, los cristianos de Belén se aprestan a celebrar la Navidad. La ciudad en la que, según la tradición cristiana, nació Jesús, se ha estado engalanando gradualmente para la llegada de Navidad, con todos los hoteles completamente reservados para la fecha y la sensación de que "este año, las cosas están mejor".
El alcalde Victor Batarseh confirma que las 4.500-5.000 plazas en los 30 hoteles de la ciudad estarán ocupadas para Nochebuena. El edil relata que la Autoridad Nacional Palestina entregó fondos a Belén para adornar la ciudad de cara a la fiesta y la ciudad además recibió ayuda de otras fuentes, gran parte de ellas del exterior.
Al mismo tiempo, tiene quejas respecto del hecho que la mayor parte del movimiento de turistas a Belén es de quienes vienen por unas horas a la Basílica de la Natividad, recorren un poco y retornan a pernoctar del lado israelí. "Necesitamos que se queden más a dormir en Belén", dice un tanto molesto, pero admite de inmediato que "ahora no tenemos más lugar y precisaremos varios miles de camas más".
En ese sentido, la ministra de Turismo de la Autoridad Palestina, Khulud Deibis, dice estar satisfecha porque "tuvimos cerca de 2 millones de visitas en Belén este año", aunque, por otra parte, se queja al afirmar que "cerca del 90% de los beneficios económicos del turismo a la zona, los tiene Israel". Sin embargo, las cifras han mejorado bastante. El año pasado, 1,2 millón de personas visitó Belén, mientras que en 2003 -uno de los años más álgidos del conflicto palestino-israelí- no más de 20 turistas llegaban al día como promedio a la ciudad. Este año se ha arribado a los niveles previos a la Intifada, cuando 6.000 personas llegaban al día a Belén.
Batarseh espera que para Navidad, 14.000 personas entren a Belén al menos por unas horas. Especial atención despierta la procesión tradicional que acompaña la entrada del Patriarca Latino de Jerusalén, monseñor Fuad Tual, a Belén. La Plaza del Pesebre se llenará de gente, con numerosos pañuelos cubriendo las cabezas de las mujeres, como evidente muestra del alto porcentaje de población musulmana en la ciudad de la Natividad.
Hace 60 años, entre el 80% y 90% de la población de Belén -según distintas fuentes- era de fe cristiana. Hoy, el alcalde señala que los cristianos son alrededor del 35%. Su porcentaje en la población se ha reducido por la emigración y en cierta medida por la evidente diferencia en la tasa de natalidad entre cristianos y musulmanes.
El decano de estudiantes del Colegio Bíblico de Belén, Alex Awad, señala que "económicamente hay una tendencia positiva, más gente trabaja, habrá más decoración en las calles de Belén, más sentimiento festivo, con padres e hijos celebrando Navidad con alegría". Reitera que la situación política es compleja, pero agrega que "tenemos esperanza, algo que aquí, en Belén, no se puede perder".