"Esperamos con ansiedad la sal de Chile". Es la frase más repetida en Bélgica desde el jueves pasado, cuando el país y gran parte del norte de Europa comenzaron a ser afectados por uno de los temporales de nieve más severos de las últimas décadas.
Según informa hoy el periódico belga flamenco "De Standaard", la sal proveniente en su mayor parte de Chile y de Egipto "debería llegar en breve" al país para poder limpiar calles, aceras y autopistas de la nieve y el hielo que las han cubierto en los últimos días y que las hacen difícilmente transitables.
El problema es grave. Uno de cada cuatro municipios belgas están sin provisiones de sal y la situación está lejos de mejorar: Holanda, Alemania o el Reino Unido no pueden suministrar sal a otros países vecinos como Bélgica porque ellos mismos están en situación de emergencia, agrega "De Standaard".
"Necesitamos la sal chilena con urgencia. El próximo fin de semana ya es Navidad y si la situación meteorológica no cambia, podríamos vivir una situación caótica", aseguró hoy el responsable de la coordinación de protección civil, Frans Van Immerseel.