Entre 60 mil y 80 mil personas se manifestaron hoy por las calles de Bruselas en protesta por los planes de austeridad del nuevo gobierno, que prevé un paquete de ahorro de 11.300 millones de euros (15.200 millones de dólares), para cumplir con sus obligaciones ce ajuste con la Unión Europea (UE), informa la agencia de prensa Belga.

Se trata de una dura política de ahorro que se propone aplicar el nuevo primer ministro, Elio di Rupo, del partido socialista francófono (PS), que contempla un impuesto especial a las rentas más altas, recortes en las prestaciones por desempleo y un aumento en la edad de jubilación. Los sindicatos temen bajas generalizadas de sueldos y olas de despidos.

Bélgica debe cumplir con las metas de consolidación fiscal que exige la UE, entre ellas reducir el déficit público al tres por ciento del producto interno bruto (PIB) para el año que viene.

Según las previsiones de la Comisión Europea anunciadas el mes pasado, la deuda pública belga en 2012 podría aumentar hasta el 99,2 por ciento del PIB, cuando las normas de Bruselas establecen un máximo del 60%.

La economía belga sólo crecerá 0,9 por ciento, en comparación con el 2,2 por ciento pronosticado en mayo pasado.