El Festival de Cine de Las Condes presenta hoy la película Belle, ganadora de varios premios internacionales, entre ellos el Independent British Film Award para su protagonista Gugu Mbatha-Raw y el Miami Film Festival para su directora, Amma Asante. Basada en una historia real, la narración se remonta a la Inglaterra del siglo XVIII y despliega un alegato contra las  injusticias sociales.

La obra parte en 1769, cuando Gran Bretaña es la capital del imperio colonial más poderoso de su tiempo y centro indiscutible del comercio de esclavos. La protagonista es Dido Elizabeth Belle, una chica mestiza nacida de la relación entre una esclava y un aristócrata, Sir John Lindsay (Matthew Goode). La niña será  educada por la familia de su padre, concretamente por el matrimonio de un tío suyo, Lord Mansfield (Tom Wilkinson) y su mujer (Emily Watson),  hasta el momento en que su padre muere y la chica se enamora de un aristócrata generando con ello no pocas tensiones a raíz del color de su piel y de los usos y prejuicios vigentes en ese mundo.

Convertida en la única heredera de la fortuna de su padre, Dido es y no es una gran candidata para un matrimonio aristocrático. La solvencia sin duda que la hace atractiva. El color de su piel, en cambio, juega en contra suya. Esta es una sociedad donde las mujeres apenas calificaban en términos de autonomía y carecían del derecho de labrarse por sí solas una vida independiente. Como bien se lo dice una prima a la protagonista, la joven Elizabeth Murray (una notable Sarah Gadon), "olvídate del amor, de otra forma puedes acabar pobre o con el corazón roto". Pero las circunstancias de la vida han hecho que Dido no acepte ni quiera mantenerse anclada a las tradiciones de la sociedad donde ha crecido. Por el hecho de ser una joven mestiza aunque criada en una familia aristocrática, Dido siempre ha estado viviendo en una extraña frontera en la cual es "más" que la servidumbre, pero "menos" al momento de compartir la mesa con los invitados o decidir su futuro. Junto a su prima Elizabeth, quien fue abandonada por su padre y criada junto a Dido como si fueran hermanas, conforman una pareja de outsiders  en una sociedad que las acepta a desgana. La fuerza dramática de la cinta, sin embargo, proviene básicamente de la relación que surge entre la protagonista y John Davinier (Sam Reid), un encolerizado luchador por los derechos de las personas, quien se enfrenta a Lord Mansfield en medio de un complicado proceso judicial por el caso de un barco que transportaba esclavos que fueron arrojados al mar, ante el riesgo de zozobrar. Con resonancias que por momento evocan el trabajo de reconstrucción de épocas que en otro tiempo hizo la dupla Ivory-Merchant (Lo que queda del día, La Mansión Howard), y con una heroína que recuerda a las figuras favoritas de la escritora Jane Austen, este filme cosechó elogios en la crítica internacional. En palabras de Manohla Dargis, la aguda comentarista de The New York Times, "el tejido entre lo político y lo personal prueba ser, por sobre el final, tan irresistible como conmovedor y ha sido llevado adelante básicamente en función de lo extraordinario de las vidas relatadas". Belle es una cálida historia que recuerda que la lucha por la igualdad y la justicia es algo que nunca acaba. Y que es una batalla en la que bien vale la pena participar.