Las gasolinas anotarán en febrero un nuevo máximo histórico, producto de dos nuevas alzas que se deberían concretar este mes. Para el jueves la consultora Econsult ya proyectó un aumento de $ 15 por litro y el mercado prevé otra alza adicional para la semana siguiente, que puede ser similar.
Todo como consecuencia de la escalada que registran las gasolinas en EEUU, mercado de referencia para Chile. El viernes estos combustibles alcanzaron en ese mercado su mayor nivel desde septiembre, lo que aún no se refleja en el país, porque los traspasos se producen con dos semanas de rezago. Si se cumplen las proyecciones, las gasolinas presentarán cuatro semanas consecutivas de aumento, acumulando entre $ 50 y $ 60 por litro en febrero y entre $ 80 y $ 90 en el año.
En la Región Metropolitana la gasolina de 93 octanos superará los $ 800, la de 95 los $ 830 y la de 97 los $ 860.
A pesar de que en el país opera el Sistema de Protección al Contribuyente del Impuesto Específico a los Combustibles (Sipco), este no entrará en funcionamiento, porque no está arrojando la necesidad de subsidiar los precios a través de caídas de impuestos. Así lo indicaron expertos, quienes comentaron que tras revisar todos los parámetros que el gobierno puede cambiar (ponderaciones futuras, meses futuros , semanas del petróleo WTI histórico y semanas de refinación), no es posible aplicar el Sipco. Según las fuentes, queda espacio para que las bencinas sigan subiendo cerca de $ 60 considerando el alza esperada de $ 15 para esta semana.
Por ello, acotaron que "lo único posible que se puede hacer para que el Sipco opere es una modificación legal por cuarta vez". En el Ministerio de Hacienda no se refirieron a este tema.
Hernán Frigolett, de Nueva Economía, prevé que para la semana del 28 de febrero el alza podría alcanzar $ 15. Una de las razones que el experto observa para que el precio de los combustibles se ubique en estos niveles es el margen de ganancia que aplican las distribuidoras.
"Tenemos una forma de fijar los precios internos en la que los distribuidores de EEUU han ido incrementando los márgenes, y en base a ese margen las distribuidoras chilenas le aplican su propio margen de ganancia", explicó.
Los márgenes que aplican los distribuidores nacionales bordea los $ 50 por litro para la de 93 octanos, hasta $ 64 para la de 97 octanos. En abril, cuando se marcó el anterior récord, estaban entre $ 35 y $ 40 por litro.
Reunión con Hacienda
Las sucesivas alzas de los combustibles preocupan a los legisladores, quienes pedirán alguna acción concreta al Ministerio de Hacienda para frenar los precios. El diputado Gustavo Hasbún (UDI) dijo que solicitarán una reunión con el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, para que "se estudien mecanismos alternativos que no necesariamente sean la rebaja o eliminación del impuesto específico, con el fin de buscar una solución en el corto plazo para paliar estas consecutivas alzas, ya que el Sipco no ha producido ningún efecto".
Ernesto Silva (UDI) pidió al gobierno que utilice "lo más pronto posible el Sipco para frenar el incremento en el precio de los combustibles, tal como lo ha hecho en ocasiones anteriores". El diputado independiente Miodrag Marinovic -que en marzo asumirá la presidencia de la Comisión de Hacienda- sostuvo que "más que seguir arreglando el Sipco, que es un sistema que ha fracasado, lo que se necesita es algo que reduzca el impacto en el bolsillo de los consumidores y no que frene las alzas". Por ello, para el parlamentario "lo más óptimo es que se reduzca el impuesto específico según se mueva el precio internacional del petróleo".
"El efecto amortiguador del Sipco en los precios ha sido bastante menor de lo que se esperaba", apuntó Carlos Montes (PS). Acotó que si bien los diputados pueden aprobar proyectos de acuerdos, "lo hemos hecho tantas veces sin ninguna recepción del gobierno".
Desde Hacienda explicaron que las razones del alza se deben a diversos factores. Entre ellos, el aumento de 7% que registra el petróleo Brent desde mediados de enero, por el mayor optimismo ante el desempeño de China. También, los conflictos en el norte de Africa y el Medio Oriente, que introducen riesgo respecto al suministro futuro de petróleo". Por último, existe "una menor capacidad de refinación en EEUU y un mayor consumo producto de las tormentas de nieve".