El Papa Benedicto XVI quiere evitar los lujos para su visita del año próximo a Gran Bretaña, al negarse a dormir en el Palacio de Buckingham, viajar en el Carruaje de Isabel II, asistir a un banquete de gala ofrecido en su honor, y evitar visitar la República de Irlanda para no pedir disculpas por el escándalo de abusos del clero a niños en ese país.

Según informó hoy el periódico inglés The Times, aunque el Sumo Pontífice será invitado especial de la Reina, permanecerá con su embajador para la Corte de St. James, el Nuncio Apostólico, en la casa de éste en Wimbledon, en el sudoeste de Londres.

El Papa pasará sólo un día en Escocia durante su visita oficial de tres días a Gran Bretaña, del 16 al 19 de septiembre próximos.

Y a pesar de un pedido expreso de la Iglesia Católica en Irlanda para que Benedicto XVI visite ese país y pida perdón en persona por las décadas de abusos sexuales por parte del clero católico a niños y niñas, en delitos que quedaron expuestos en un reciente reporte publicado en Dublín, el Papa rechazó la invitación y dijo que no visitará ese país hasta al menos 2012.

Jim Murphy, un parlamentario católico que es secretario de Estado para Escocia, y que preside el equipo del gobierno por la visita papal, afirmó que aunque la llegada del Sumo Pontífice será considerada una visita de Estado, el Vaticano rechazó toda pompa y lujos.

"Es un acuerdo constitucional único debido que el Papa es jefe de la Fe católica y Jefe de Estado", afirmó Murphy a la publicación católica The Table.

Como parte de su visita, Benedicto XVI se reunirá con la Reina en Escocia, donde la soberana estará en su castillo de verano de Balmoral.