El papa Benedicto XVI llegó a Berlín, dando inicio a su visita oficial de cuatro días a Alemania. Su llegada se produce en medio de críticas de diversos sectores, sobre todo, de víctimas de abusos sexuales de parte de sacerdotes. En el avión que lo llevó al país germano, el Pontífice señaló que la pederastia es un "crimen" y afirmó además que entendía las protestas en su contra.

Es "lógico que las personas se puedan sentir escandalizadas" por los abusos sexuales por parte de clérigos a menores y que la Iglesia trabajará desde dentro contra este escándalo, dijo, al tiempo que manifestó que es "normal" que en una sociedad libre haya personas que se manifiesten contra su presencia.

Antes de su arribo, en el tradicional encuentro con los periodistas que lo acompañan en el avión, el Papa fue consultado por los casos de sacerdotes pederastas en Alemania y si ello ha derivado en un abandono por parte de los fieles de la Iglesia. A este respecto, Benedicto XVI dijo: "Puedo entender que esas personas y familiares y quienes han conocido esos casos digan esa no es mi Iglesia. La Iglesia es fuente de humanización y del amor y si los representantes hacen lo contrario es normal que digan que no es mi Iglesia".

En cuanto a las manifestaciones de grupos políticos, sociales y víctimas de casos de pederastia, respondió que "es algo normal, que en una sociedad libre y en un tiempo secularizado se pueden expresar contra la visita del papa (...) Es justo que todos puedan expresar su contrariedad, pues cuando se expresa una posición no hay nada que objetar", añadió.

Benedicto XVI agregó que el encuentro ecuménico que tendrá mañana en Erfurt es el "punto central" de su viaje, ya que los cristianos tienen la misión de presentar al mundo el mensaje de Cristo. "Los católicos y protestantes deben trabajar juntos. Es un elemento fundamental de nuestro tiempo secularizado", dijo.