Para el sicólogo Benito Baranda, director de la ONG América Solidaria y cercano a la Compañía de Jesús, la aclaración del Arzobispado es aún más grave: "Entonces, es una intromisión del nuncio apostólico (Ivo Scapolo) en lo que ocurre dentro de la Iglesia chilena. Si pidió antecedentes de los sacerdotes, ¿por qué no mejor lo conversó directamente con ellos y les preguntó sobre sus declaraciones y la razón por la cual sostenían tal o cual idea? La Nunciatura no es un servicio secreto, sino parte de la misma Iglesia".
Agregó que "siempre han existido diferentes formas de vivir la fe; las congregaciones son una prueba de ello. Por eso, siempre hay una cuota de tensión, pero esta situación toca a tres personas que han manifestado una profunda cercanía con Jesús y el Evangelio, no sólo en su discurso, sino en su vida práctica. Y generan mucha admiración".
En tanto, el sacerdote jesuita Fernando Montes, rector de la U. Alberto Hurtado, dijo a Radio Universo que "sería nefasto si un cristiano no puede dar su opinión si lo hace con honestidad (...); sus críticas apuntan principalmente a un sistema clasista y segregador (...), además, lo correcto es que uno sepa de qué se le acusa para aclarar sus puntos de vista".