"Me llamó anoche (martes) la Presidenta y me planteó esta posibilidad. Lo hablé con mi esposa, para ver qué opinaba. En el pasado me habían ofrecido otros cargos, pero esto era algo que desde el punto de vista personal no podía rechazar". Así relata Benito Baranda, ex director social del Hogar de Cristo y actual presidente de América Solidaria, el momento en que aceptó ser el coordinador del Estado para la visita del Papa Francisco a Chile, que se efectuará entre el 15 y 18 de enero de 2018.
Este miércoles, en medio de un día agitado y saliendo de una reunión justamente en La Moneda, conversó con La Tercera para explicar qué espera de la visita del actual Pontífice. "Creo que nos puede hacer un bien enorme como país", partió subrayando.
¿En qué se diferencia este país del Chile que visitó el Papa Juan Pablo II, en 1987?
Por una parte, es una visita en plena democracia, con un Estado y Parlamento funcionando, y con autoridades democráticas; eso marca una gran diferencia. Pero también es un Chile distinto desde el punto de vista social. En el período de la visita del Papa Juan Pablo II teníamos una crisis económica muy fuerte. Casi la mitad del país estaba en situación de pobreza. Hoy ha disminuido y se han expandido las políticas públicas y el crecimiento económico.
También es un país donde, según algunos sectores, menos personas se identifican como católicos.
Ha habido un cuestionamiento mayor a todas las instituciones, entre ellas también a la Iglesia. Eso hace que la gente confíe menos en ellas y que la Iglesia Católica tenga una menor adhesión que en aquella época, pero eso no significa que los que tenemos adhesión no tengamos el mismo fervor o incluso más por la figura de este Papa, que ha sido tan importante en este período de los católicos.
¿Qué aspecto destaca de esta visita?
Puede ayudar mucho en espacios en los que al Estado le ha costado actuar, como por ejemplo, en el caso de los pueblos originarios, particularmente del pueblo mapuche, y también en el tema de los inmigrantes. Pueden destrabarse buenas políticas y ser un momento para tomar mayor ánimo nacional en la construcción de esas políticas sociales, donde busquemos, con buen corazón soluciones que perduren en el tiempo.
Los lugares que visitará son significativos para aquellos temas, de migrantes y mapuches...
Lo que se va a lograr, y en lo que me imagino que está trabajando la Iglesia, es que en cada uno de los lugares, esos encuentros dejen sembrada la posibilidad de relacionarnos con un ánimo distinto. En el tema migrante la Iglesia ha estado muy involucrada, pero también en la zona de La Araucanía, con el conflicto mapuche. El obispo Héctor Vargas -prelado de Temuco- ha encabezado la comisión asesora que le entregó propuestas a la Presidenta, por lo que tiene conocimiento y cercanía con todos los actores de la región.
Actualmente se discuten iniciativas legales, en la llamada "agenda valórica", como la despenalización del aborto en tres causales y el matrimonio igualitario. ¿Cree que el Papa podría referirse a estos temas?
Habría que preguntarlo. Yo no voy a estar metido en los contenidos de la visita del Papa, en eso está Javier Peralta -director ejecutivo de la comisión nacional para la visita- y el equipo de la Iglesia.
¿Cómo es su relación con la Conferencia Episcopal?
No tengo ninguna dificultad con el Episcopado. Al contrario, me relaciono muy bien con las personas nombradas para esta ocasión. Los obispos me invitan a reuniones en las diócesis y tengo buena relación con los obispos auxiliares de Santiago. Por su puesto que tengo diferencias en algunos temas del pasado, y si tengo diferencias de conciencia con la Iglesia las voy a manifestar, pero yo no estoy como organizador de la Iglesia, sino del Estado.