Con 19 años recién cumplidos, Benjamín Herrera ya tiene su lugar en el motociclismo nacional.
Esta temporada se convirtió en el primer chileno en ganar una etapa del Mundial de Enduro, en la categoría juvenil en su natal Talca. Además, en los Seis Días de Cerdeña, hace poco más de un mes, obtuvo su segunda medalla de oro en la prueba.
Y antes de eso, cuando tenía 15, fue campeón de la Young Cup GP de Rumania.
A la hora de definir su carrera, Herrera tiene las cosas claras. "He logrado lo que he querido y los triunfos han sido espectaculares. He tenido una carrera exitosa y vamos a seguir dándole para tener más triunfos", reconoce.
La decisión de Herrera de convertirse en piloto profesional no fue al azar. Su papá practicaba motocross cuando él era niño y las ganas de seguir este ejemplo lo impulsaron a dedicar su vida al mundo de las motos.
"Mi papá me motivó en esto. Partí a los cuatro años, a los siete fueron mis primeras carreras y cuando cumplí 13 me empecé a dedicar más profesionalmente. A los 15 fui campeón latinoamericano, después entré a la selección, viví un año fuera y llegaron los auspiciadores", es el repaso que hace de sus inicios.
Con todo eso, no se arrepiente de la decisión de vida que tomó y no extraña mucho las actividades de cualquier joven. "Me gustan tanto las motos que prefiero hacer esto por sobre cualquier otra cosa", reconoce.
Herrera tiene un gran objetivo: llegar a ser como Francisco "Chaleco" López.
"Siempre lo he admirado, porque se ha esforzado mucho y por cómo ha sido su carrera. Ojalá llegue a ser como él", agrega el "cabro chico" de las motos, como lo llaman sus pares, debido a que siempre ha sido el menor en todas las categorías.
Pese a que el curicano es uno de sus espejos, aún no se plantea correr el Dakar. "Lo probaría, aunque no me llama la atención, porque es muy rápido y me da un poco de miedo. Por ahora no está entre mis prioridades", dice.
Mientras, "Chaleco" le proyecta un gran futuro: "Hay que darle ánimo y fuerza, porque tiene todas las cualidades para ser un campeón".