Beppe Grillo va a Roma lo mínimo posible. El líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5E), sorpresa de las elecciones de febrero pasado con el 25% de los votos, está hoy en la oposición y prefiere mirar el ajetreo político desde su residencia, en las colinas de Génova. El viernes visitó la capital para encontrarse con los 163 legisladores -entre diputados y senadores- que tras sus arengas ocupan escaños en el Parlamento.
Por la tarde ya estaba volviendo en su auto al norte para un fin de semana de distensión familiar y sol, antes de comenzar una gira por más de cien municipios en los que el M5E pretende imponerse en los comicios del 26 y 27 de mayo. Grillo parece vivir en una campaña electoral permanente y se dio tiempo para conversar con La Tercera sobre el actual momento político en Italia, tras las críticas recibidas de parte del primer ministro Enrico Letta, por sus declaraciones luego de la formación del actual gobierno.
Usted dijo que en Italia está en marcha un golpe de Estado, lo que motivó duras críticas del premier Enrico Letta. ¿No le parece un término exagerado?
No, me parece cierto. Existen muchos tipos de golpes: los hay con el Ejército y los hay suaves. Este es así, suave, ocurrió de noche y fue dirigido por las fuerzas que gobiernan en Italia: las agencias de rating norteamericanas, Bruselas, los bancos. Los líderes de tres fuerzas políticas se reunieron a las cuatro de la madrugada y decidieron cosas insólitas, como seguir en el programa de Monti, confirmar en su cargo al Presidente de la República y acordar un gran pacto que dio vida a un gobierno de amplios acuerdos. En este país llevamos 30 o 40 años sin decidir nada. Hemos cedido soberanía popular, económica y monetaria.
Habla como si Italia fuese una dictadura. ¿Cree que lo es?
Absolutamente, sí. La democracia fue absorbida por la burocracia. No existe un confín entre lo legal y lo ilegal.
¿Entonces cómo encaja el M5E?
En un punto opuesto a este proceso porque nace desde abajo, de ciudadanos que entran en la política y renuncian a mitad de su sueldo, renuncian a 42 millones de euros globales de reembolsos electorales (el Estado italiano otorga a cada fuerza política cinco euros por voto obtenido para recuperar los gastos de campaña). Nuestro papel es ser un ejemplo.
Algunos de sus diputados no quieren devolver el dinero que reciben para sus gastos diarios.
Si no lo hacen se quedan fuera del M5E. Todos los candidatos firmaron un contrato y quien no lo respeta ya no es uno de los nuestros.
¿En qué forma dan el ejemplo?
Gracias a nuestra irrupción, los otros partidos desaparecieron. Este gobierno es su funeral: lo compone gente que hizo como si estuvieran en guerra unos contra otros, y ahora coinciden sobre cualquier tema. Sólo existe un modelo. Y luego nosotros, en la oposición, que somos los ciudadanos.
¿No cree que sus objetivos se podrían haber logrado si hubiera pactado con la izquierda?
Nunca hubo una propuesta de acuerdo. Nos tendieron una trampa intelectual, nos utilizaron como chivo expiatorio. No nos reconocieron peso alguno, sólo vino Bersani (Pierluigi, ex líder de la centroizquierda) para pedirnos los votos en el Senado. En ningún momento nos dijo: "Gobernemos juntos porque lo han hecho bien". Luego contaron que era Grillo quien dijo que no a todo y a todos, y quien creó la ingobernabilidad, obligándoles a entrelazar extrañas alianzas.
¿Cuánto dura este gobierno "de extrañas alianzas"?
Seis meses u ocho. Están sitiados, no pueden más. Están muertos. Si proponen leyes para salvar la empresa o limitar los privilegios, los apoyaremos; si sólo tienden trampas, denunciaremos nombres y apellidos de quien las urde. Nuestro dueño no es el Parlamento, sino la opinión pública.
¿Por qué no está usted de acuerdo con que un hijo de inmigrantes, nacido aquí, tenga la ciudadanía?
Es una cuestión de tal magnitud que no puede ser decidida por un grupito de personas, que no saben de qué hablan. Nuestra ley dice que con 18 años un hijo de extranjeros puede elegir su nacionalidad. Para cambiarla hay que consultarle al pueblo con referéndum.
Usted está acostumbrado a tener públicos enormes. ¿Cómo contaría hoy lo que ve frente suyo?
Me pintan como alguien que no deja de gritar, que está siempre enfadado. Pero mi rabia es positiva y congrega a millones de personas en las plazas. El M5E, en tres años, llegó a ser el primer partido en Italia. Si amplío la mirada sólo veo odio hacia nosotros, porque somos personas de bien y denunciamos los vicios de los políticos.
Odio y rabia. ¿En este clima se cocinan actos como el tiroteo frente al Palacio Chigi?
Es como con las cabritas: cuando las pones en el fuego, la sartén se calienta y al cabo de un rato, explotan. Un emprendedor endeudado que se suicida, otro que toma la pistola y dispara: son señales que debes interpretar.
¿Cómo?
El problema económico desembocará en el desorden social. El trabajo, la casa, los derechos: el Estado debería defenderlos. Cuando no sabe garantizarlos y una persona lo pierde todo, se vuelve peligroso. Cuando rebajas la calidad de la vida ahorrando, la gente se enferma.
¿Un clima parecido a los años del terrorismo en Italia?
No. Es una desesperación distinta; de la familia media, del ciudadano que pasó su vida trabajando. Es el ciudadano honesto quien se está enojando ahora. Cuando quitas la esperanza, el futuro, no queda nada.