Dos potencias, una de Europa Occidental y otra de Asia, llamaron ayer a la calma en la guerra verbal entre Kim Jong Un y Donald Trump, quienes han prometido la destrucción de su contraparte y han alardeado con sus arsenales nucleares. Alemania y China pidieron poner paños fríos y evitar que las palabras puedan agravar la situación en torno a la península coreana.
El gobierno alemán, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, llamó a la "moderación" entre Estados Unidos y Corea del Norte. "Seguimos con una gran preocupación la escalada retórica en torno a la península coreana. La situación es realmente seria" y, "en consecuencia, llamamos a todas las partes a la moderación", declaró el portavoz de ese ministerio alemán, Martin Schäfer.
El vocero sostuvo que Berlín estaba convencido de que una "opción militar" no puede ser "la respuesta en la búsqueda de una región libre de armas nucleares". "Todos debemos continuar con nuestros esfuerzos diplomáticos. Es la única manera de asegurar que la amenaza del programa ilegal de armas nucleares de Corea del Norte pueda ser contenida", destacó Schäfer.
Por ese motivo, el Ministerio alemán de Exteriores llamó a la comunidad internacional a "aplicar totalmente" las últimas sanciones -se trata de la séptima serie- contra Corea del Norte aprobadas unánimemente por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el fin de semana pasado.
Schäfer dijo que Alemania consultaría con sus socios, incluido Estados Unidos y China, "para encontrar el enfoque adecuado para enfrentar el existente peligro para la región y para el mundo que plantean las amenazas y la proliferación nuclear de Corea del Norte". Y respaldó la apuesta del secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, de reanudar las negociaciones con Pyongyang en caso de que detenga sus ensayos de misiles balísticos.
También una vocera de la canciller alemana, Angela Merkel, subrayó las preocupaciones de Berlín. "El objetivo del gobierno alemán es evitar una mayor escalada militar y resolver pacíficamente los conflictos en la región del Pacífico Norte", declaró la portavoz Ulrike Demmer.
Por su parte, China exhortó a evitar que "las palabras y actos" puedan acrecentar la tensión en la península coreana. La Cancillería china emitió una declaración, recogida por la agencia France Presse, donde se afirma que Beijing "llama a todas las partes a continuar en la vía de una resolución pacífica de la cuestión nuclear en la península coreana, y a evitar las palabras y actos susceptibles de intensificar las contradicciones y agravar la situación".
En respuesta a una pregunta sobre las declaraciones del Presidente estadounidense, el ministerio se limitó a decir que "la situación actual en la península coreana es complicada y delicada".
China, principal aliado del régimen de Kim Jong Un, pese a lo cual aprobó el sábado las nuevas sanciones contra Pyongyang, llamó a las partes "a hacer aún más esfuerzos para alentar una solución a través del diálogo".
La Comisión Europea también pidió a Corea del Norte una "desnuclearización" de la península coreana sin "acciones militares". "La desnuclearización de la península de Corea debe ser alcanzada por medio pacíficos", lo que "excluye acciones militares", sostuvo la vocera comunitaria Catherine Ray. La portavoz reconoció que la escalada verbal Trump-Kim es de "gran preocupación para la Unión Europea, al igual que para el resto de la comunidad internacional".