Alemania redobla su presión contra Mario Draghi, el presidente del BCE, para que no se exceda de su mandato de controlar la inflación, según informó el diario español El País.
En esta ocasión, el responsable de recordar a la Autoridad Monetaria europea cuáles son sus funciones ha sido el presidente del Bundesbank (banco central), Jens Weidmann, y lo ha hecho apenas un día antes de la reunión clave del consejo ejecutivo del BCE de la que se espera algún anuncio sobre nuevas medidas para asegurar el futuro del euro.
Hace una semana, Draghi anunció que "hará todo lo necesario para sostener el euro", dando pie a una importante mejora en la deuda y las Bolsas."Y, créanme, eso será suficiente", advirtió aunque, según matiza Weidmann, se suele "sobrestimar" la capacidad de respuesta del BCE contra la crisis.
En este sentido, las palabras del responsable del banco central alemán han elevado el creciente escepticismo sobre el margen de maniobra de Draghi, que en cualquier caso en sus declaraciones no se olvidó de incluir que siempre actuaría dentro de su mandato. Fruto de las mayores dudas, la mejora de la prima de riesgo española (el indicador de la confianza en las finanzas de un país por excelencia) se ha detenido.
Weidmann aprovecha una entrevista institucional del aniversario del Bundesbank, charla que se celebró el pasado día 29 de julio pero que ha sido publicada este miércoles, para advertir a los políticos de que suelen "sobrestimar" la capacidad de actuación del BCE, que por el contrario "está obligado a respetar y no sobrepasar su mandato", que se restringe al control de la inflación.
Sin embargo, Draghi abrió la puerta a más al asegurar hace una semana que "En la medida en que las primas de riesgo dificulten el funcionamiento de los canales de transmisión de la política monetaria, caen bajo el mandato del BCE".
Junto a Weidmann, también se ha encargado de atemperar los ánimos el propio Gobierno alemán. El vicecanciller y ministro de Economía, Philipp Rsler, ha enviado el mismo mensaje que Weidmann a Draghi y le ha conminado a "concentrarse" exclusivamente en la política monetaria, es decir, en su mandato de combatir la inflación.
Alemania es reacia a modificar el papel del BCE y rechaza convertir a este organismo en el prestamista de última instancia de los Estados por muchos problemas de financiación que tengan, ya que su mandato rechaza esta opción. La oposición de Berlín, sin embargo, no es una más en el seno del BCE, donde están representados todos los bancos centrales de los socios del euro.
Según recuerda el propio Weidmann, el Bundesbank, que comparte la postura del Gobierno de Angela Merkel en cuanto al papel que debe desempeñar el BCE, tiene más influencia que otros bancos centrales por el peso de Alemania en la economía europea, con lo que sus comentarios son seguidos con atención por parte de los inversores. De hecho, no es coincidencia que tengan su sede central en la misma ciudad, Fráncfort.
"Somos el más grande y más importante banco central del Eurosistema y tenemos una mayor participación que el resto", justifica Weidmann, que por otra parte descarta una espiral deflacionista en los países periféricos del euro.
Por otra parte, Rsler ha insistido en rechazar frontalmente la opción de dar una licencia bancaria al fondo permanente de rescate, lo que le otorgaría una capacidad ilimitada de financiarse apelando el BCE. Con ello, aumentaría su capacidad de ayuda, garantizando así que dispondrá de los recursos necesarios para auxiliar a España o Italia ya que actualmente no cuenta con los fondos suficientes, lo que a su vez aviva las dudas en los mercados.
"La canciller, el ministro de Finanzas y yo estamos de acuerdo en que eso que se ha discutido ayer y hoy, la licencia para el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), no puede ser nuestro camino", ha asegurado antes de recordar que la coalición de centro-derecha que encabeza Merkel no quiere "una Unión de la inflación", sino una "Unión de la Estabilidad" basada en el pacto fiscal y el MEDE. "Este (último) es el camino correcto para estabilizar la eurozona", ha apostillado para rechazar a renglón seguido "todos las otras fórmulas" para salir de la crisis "por no ser adecuadas".