El premier italiano Silvio Berlusconi, el "eterno ganador", no tiene ahora motivos para resplandecer. Juzgado por varios casos de corrupción, en medio de escándalos sexuales y con el país inmerso en la crisis económica, intenta gobernar al frente de una coalición de centro-derecha con la que pretender llegar al final de la legislatura, en 2013. Da muestras de estar cansado y hace tiempo que ya superó su cénit político, detalla la agencia Dpa.

Ante este panorama, "Il cavaliere" tendrá poco que celebrar cuando este jueves cumpla 75 años. Entre resignado, furioso y cada vez con más dudas, Berlusconi intenta gobernar con dificiultades un "país de mierda", como él mismo definió a Italia supuestamente en una conversación telefónica.

Los duros paquetes de recortes obligan sobre todo a las clases más modestas a apretarse de nuevo el cinturón. Y a pesar de ellos, la agencia Standard & Poor's no dudó hace una semana en rebajar la calificación del país por "falta de capacidad de acción".

Desde la oposición, la izquierda reclama casi a diario su dimisión, para salvar lo que aún quede por rescatar. Y su socio de coalición de la populista Liga Norte, Umberto Bossi, tampoco se lo pone fácil.

Berlusconi perdió las últimas elecciones regionales y también el referéndum sobre la energía atómica. Y por si fuera poco, las historias sobre las fiestas "bunga-bunga" en su residencia resurgen de tanto en tanto. El brillo del que en una época fuera el "eterno ganador" se apagó, y ya pocas consignas de ánimo pueden ayudarle.

El empresario de Milán repite una y otra vez que piensa terminar su carrera política a principios de 2013 y sólo tiene un argumento para continuar hasta entonces: un cambio de gobierno en medio de la crisis sumergería aún más en el caos a Italia. Pero es precisamente falta de credibilidad lo que se le achaca a Roma, y sobre todo a Berlusconi, al que tampoco le ayudan sus viejas amistades con líderes como el libio Muammar Gaddafi.

El país mediterráneo está como paralizado. En política interna gira sobre sí mismo -es decir, sobre Berlusconi- y a nivel internacional cada vez cuenta menos. Llegado desde el mundo de los negocios a la política hace 17 años, Berlusconi consiguió durante sus mandatos mantener dividida a la oposición y conservar a su gente a base de prebendas.

Ahora, se jacta de poder retirarse a la vida privada en su yate, pero de hacerlo, ¿quién le protegerá de la Justicia con leyes hechas a su medida?. "Nadie puede compararse conmigo, ni en Europa ni en el mundo", dijo en una ocasión. Y resultó ser cierto, aunque no en el sentido al que él se refería. Y es que el "zar" mediático, que comenzó su carrera como animador de cruceros, consiguió superar casi todas las crisis. Entre 2001 y 2005 dirigió el gobierno italiano más largo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, un récord que pretende repetir en la actual legislatura.

Pero el hombre de negocios que comenzó en el sector inmobiliario para pasar al mediático, nunca dejó de ser controvertido. Desde el exterior se le mira desde hace tiempo con recelo o directamente se le rechaza, mientras su debilidad por jóvenes bellezas se convirtió en su talón de aquiles. Y es que, a punto de cumplir los 75, gracias a la cirugía estética Berlusconi no parece más viejo, pero tampoco más sabio.