El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, viistó la pequeña isla de Lampedusa donde permanecen unos 6.200 inmigrantes africanos que escaparon de las revueltas del norte de su país.
Berlusconi prometió evacuarlos a todos, en un plazo de 48 a 60 horas, y llevarlos a otros puntos de Italia o repatriarlos a Túnez, de donde viene la mayoría.
El jefe de Estado aseguró que "habrá sólo lampedusanos", al explicar las medidas que adoptará el Ejecutivo para hacer frente a la situación de emergencia.
El mandatario explicó que ya se inició el embarque de algunos de los africanos en los barcos para pasajeros que el Ejecutivo ha destinado a las labores de evacuación y que tienen capacidad para trasladar a 10.000 personas.
También subrayó que los inmigrantes serán distribuidos por centros preparados para la ocasión en toda Italia y no sólo en Sicilia, aunque afirmó que se intentará repatriar a algunos de ellos, siempre que sea posible.
Berlusconi explicó que se está negociando con el gobierno de Túnez, de donde proceden la mayoría de los inmigrantes, para permitir las repatriaciones.
"También hemos llevado a cabo medidas empresariales. Les diré una: hemos comprado barcos pesqueros para que no puedan ser utilizados para las travesías", anunció el político conservador.
Berlusconi anuncio también que la isla se convertirá en una "zona franca", una moratoria fiscal para sus habitantes e incluso presentar a Lampedusa como candidata al Premio Nobel de la Paz.
En esta línea, aseguró que ha encargado tanto a la RAI, la televisión pública, y Mediaset, grupo televisivo de su propiedad, que hagan reportajes sobre la isla para atraer a los turistas a Lampedusa, "que siempre ha sido un paraíso y volverá a serlo".
Para demostrar su cercanía con los habitantes de la isla, el primer ministro aseguró que él también se ha convertido en un "lampedusano" y anunció que ha comprado una casa en la isla.
En lo que va de año han desembarcado en las costas italianas 21.725 inmigrantes.