El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo el viernes que los avances para reducir la tasa de desempleo de Estados Unidos aún eran demasiado lentos y que el banco central actuaría según sea necesario para fortalecer la recuperación económica.
Sin embargo, en un discurso que sugirió que está tomando con seriedad las preocupaciones por los posibles efectos de la política monetaria no convencional, Bernanke no envió ninguna señal explícita de que un nuevo estímulo monetario sea inminente.
"Es importante lograr mayores avances, particularmente en el mercado laboral", dijo Bernanke en el evento anual de la Fed en Jackson Hole. Asimismo aseguró en su discurso que la situación económica de Estados Unidos estaba "lejos de ser satisfactoria".
"Tomando debida cuenta de las incertidumbre y los límites de sus herramientas monetarias, la Reserva Federal suministrará un nuevo estímulo monetario según sea necesario para promover una recuperación económica más fuerte y una mejora sostenida de las condiciones del mercado laboral en un contexto de estabilidad de precios", agregó.
Estas declaraciones fueron algo más débiles como señal de un estímulo que las pronunciadas en el encuentro de la Fed del 31 de julio y 1 de agosto, cuando el banco central dijo que "seguiría de cerca" las cifras económicas entrantes mientras
analiza si lanza un nuevo alivio cuantitativo.
Este matiz podría reflejar una creciente renuencia a embarcarse en una tercera ronda de compra de bonos, tras la reciente mejora en las cifras económicas, o simplemente el desde no anticiparse al próximo encuentro de la Fed del 12 y 13 de septiembre.
"Es parecido a lo que esperábamos, mantiene el mismo tono de que hay potencial de un alivio monetario. No se compromete anticipadamente, pero mantiene la opción abierta", dijo Brian Kim, estratega cambiario del Royal Bank of Scotland, en Stamford, Connecticut.
Bernanke defendió las recientes compras de bonos al decir que habían sido una política bastante efectiva a la hora de impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo. Al mismo tiempo, destacó que la Fed era consciente de los riesgos de operar en territorio desconocido.
En respuesta a la última crisis financiera y a la recesión del 2007-2009, la Fed bajó la tasa de interés a cerca de cero y compró US$2,3 billones en títulos hipotecarios y soberanos.