¿Qué sensación le dejó el último show de La Ley en Santiago, en 2005, en Espacio Riesco?
Mucho rebote. Creo que todavía está el eco de ese show dando vueltas. Ese lugar es la cagada: puros rebotes.
Sin lágrimas de añoranza, pero con un recuerdo que aún merodea sus tímpanos, Beto Cuevas (47) retrocede hasta la última vez de su banda en la capital, cuando, ante cinco mil personas, bajaron el telón de su trayectoria en Chile e inauguraron un paréntesis que culminó en febrero, período en el que decidieron retomar funciones tras nueve años.
Bajo esa misma gira del retorno, bautizada como Retour, el trío volverá a verse las caras con Santiago, esta vez en otro sitio y con las ansias de que el audio no roce el martirio: los hombres de Doble Opuesto se presentarán el 19 de diciembre en Movistar Arena, su primer espectáculo en el país luego de su paso por Viña 2014.
Además, será el minuto de calibrar su arrastre local, siempre algo desbalanceado ante su fama foránea y que nunca cuajó convocatorias tan aplastantes como las de Los Jaivas o Los Prisioneros. "En lo concreto, esa gira de despedida de 2005 fue buena para los fans, pero un poco amarga para nosotros, porque estábamos acercándonos a una despedida incierta. Pero ahora estamos en algo contrario a eso", apuesta el artista.
Además, las condiciones han cambiado y tocarán en un sitio que no existía en la primera vida de La Ley.
Sí, va a ser bueno tocar en un lugar prestigiado y nuevo, o que al menos no existía cuando nos separamos. Nos pone contentos volver, porque siempre hay un poco de tensión cuando tocamos en Chile: tenemos tantos compromisos familiares y queremos que todo el mundo esté contento. Nos reímos un poco de eso, porque hace tiempo veíamos un documental del retorno de Duran Duran y ellos decían que cuando tocaban en Birmingham, su lugar de origen, había un permanente estado de estrés, porque algunos amigos se enojan, otros quedan afuera. Nos reímos, porque es el mismo estrés por el que atravesamos nosotros.
En México harán 15 shows y en Chile, uno. ¿Siente que a La Ley aquí siempre le ha costado el doble en términos de convocatoria?
Hay que pensar en lo siguiente: nos fuimos de Chile, entonces al tomar una decisión como esa hay una reacción normal y, por la forma de ser que tenemos en el país, no estamos acostumbrados a que nuestros artistas se vayan, sino que preferimos que permanezcan. No estamos acostumbrados a ver a nuestros ídolos subir, llegar a la cúspide y después bajar. Cuando nos fuimos a México, en vez de haber tenido apoyo por parte de la prensa, hubo una sensación de desdeño hacia la banda, que es algo que Los Tres aprovecharon muy bien, porque les sirvió para decir "nosotros somos chilenos, nos quedamos y hacemos cuecas", por lo que agarraron un lazo especial con el público. De alguna manera, eso nos afectó.
¿Cuál es su evaluación personal de este retorno?
Me siento súper contento, hay personas que pensaron que jamás iba a suceder. Pero la gente demora en darse cuenta de que un grupo se separó o que se está juntando. Nos reunimos hace ocho meses, pero hay personas que aún dicen: '¿Ustedes no estaban separados?'. Entonces, va a demorar un tiempo en que todo el mundo se dé cuenta y que sea algo común decir: La Ley volvió.
¿Qué público los sigue hoy?
Hay de todo. Fans de nuestros inicios que ahora llevan a sus hijos y otros que nos descubrieron cuando ya no existíamos, porque eso pasa cuando desapareces: agarras un aura más interesante que cuando estás disponible. La gente está contenta y está pidiendo algo nuevo también.
En estos regresos, ¿hay temor de quedar anclado en la nostalgia?
No tengo miedo, no suelo manejarme con esa emoción en la vida, pero uno nunca sabe. Cuando eres un grupo donde la gente conoce tanto tus clásicos, sucede eso, pero estamos preparando un disco buenísimo, cada uno está aportando ideas y quiero que tengamos unas 20 canciones para elegir 10 y grabarlas a fin de año. Puede que salga en marzo o abril.
Finalmente, ¿hay opción de reintegrar a Zeta Bosio?
Fue algo abrupta su salida. Yo le dije saliendo del escenario de Viña: 'Bienvenido a La Ley', y lo hice gratuitamente o no lo habría hecho si hubiera sabido que su presencia iba a ser ambivalente. El hoy está dedicado a la paternidad, recién nació su hijo y no quiere estar de gira. Quizás vuelve cuando su hijo tenga 20 años y sea independiente (se ríe).