El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, constata que la devaluación del dólar frente a la divisas de Latinoamérica acarrea problemas para las exportaciones de la región y también un riesgo de fenómenos especulativos.

El "tsunami de dólares" que fluye hacia los países latinoamericanos como consecuencia de su "buena gestión" tiene "las sabidas consecuencias para sus exportadores y un riesgo de burbuja en el sector inmobiliario o en los mercados financieros", señala Moreno en una entrevista publicada por el diario económico francés "Les Echos".

No obstante, señala que los gobiernos disponen de "herramientas para impedir las entradas de capitales especulativos", aunque admite que fijar unos tipos de interés "a un nivel suficientemente alto para frenar la inflación sin atraer a los especuladores es delicado".

El máximo responsable del BID se muestra optimista sobre las perspectivas de América Latina, y dice que ésta será su "década".

En el terreno más inmediato, calcula que el crecimiento en 2011 no superará el 4,5%-5%, una cifra "destacable" aunque inferior al "casi el 6%" logrado el pasado ejercicio.

Reconoce que la productividad es el talón de Aquiles de esos países que para hacerle frente deben flexibilizar el mercado laboral, invertir en educación e investigación y modernizar sus infraestructuras de transporte y logística.

La inversión en infraestructura representa "sólo" un 2,5% de su Producto Interior Bruto (PIB), recuerda antes de pronunciarse por una mayor colaboración entre el sector público y el privado, y evaluar en US$1,3 billones las necesidades en el sector de la energía en el próximo decenio.

Sobre el funcionamiento del BID, Moreno explica que el aumento de capital de US$70.000 millones del pasado verano, el mayor realizada nunca por la institución, le va a permitir distribuir créditos a un ritmo de US$12.000 millones anuales durante diez años.

"Vamos a concentrar nuestra acción en la lucha contra la pobreza (...), las infraestructuras, el tema del calentamiento climático (...), la educación y la integración regional", precisa.

En cuanto a Haití, añade que aparte de la ayuda acordada de US$177 millones, va a anular la deuda del país caribeño y le va a atribuir US$2.300 millones de aquí a 2020 para la reconstrucción, con proyectos como un parque industrial textil que permitirá crear 20.000 empleos.