Entre 2013 y 2017 cambió el escenario de las elecciones parlamentarias en Chile. En solo cuatro años, la Ley de Partidos Políticos obligó a refichar a sus militantes, se inscribieron nuevos partidos políticos como RD y Amplitud, se instauró la Ley de Cuotas que obliga a todos los partidos llevar al menos un 40% de mujeres dentro de sus candidatos al parlamento y quizás el cambio más emblemático para el congreso desde el retorno a la democracia: se remplazó el sistema binominal por uno proporcional.
En la elección de diputados de 2013 había 60 distritos y en cada uno de éstos se elegían dos parlamentarios. Si la lista más votada doblaba a la lista que le seguía en número de votos, elegía a los dos candidatos, siendo éste el número máximo de postulantes que podían presentar. Uno de los grandes problemas de este sistema electoral instaurado en el Régimen de Pinochet, fue que no representaba de manera justa a los partidos pequeños que no pertenecían a las coaliciones más grandes.
Ahora, que el sistema es proporcional, las listas y/ o partidos eligen a los diputados de acuerdo a la proporción de votos que tienen, tal como ocurre con la elección de concejales. Para lograr este cambio, se aumentó el número de miembros en la Cámara Baja de 120 a 155, y se fusionaron los distritos, bajándolos a 28, con la excepción de los del extremo norte y sur que se mantuvieron.
En DecideChile analizamos el impacto que tienen estos cambios en los postulantes al Congreso. El cambio del binominal al proporcional significó un aumento en un 30% de los diputados a ser elegidos y cada lista puede llevar por distrito un máximo de n+1 candidatos, donde n es la cantidad de diputados a ser elegidos en el distrito. Como son 155 diputados los que se eligen y 28 distritos, la cantidad máxima de candidatos que puede llevar una lista son 183 (155+28), un aumento de un 52,5% respecto al 2013. Esto se traduce que, para una lista, los cupos a ser elegidos aumentaron en un 30%, pero los candidatos a llevar en un 52,5%, de ésos y debido a la Ley de Cuotas, al menos un 40% deben ser mujeres.
Este aumento de cupos es para muchos la oportunidad de llegar al parlamento. A modo de ejemplo, en 2013 hubo 14 partidos agrupados en seis pactos, que llevaron un total de 470 candidatos. En estas elecciones, hay 26 partidos agrupados en nueve pactos, que llevan 960 candidatos. Si hacemos un zoom por género, vemos que la proporción de mujeres candidatas aumentó de un 19,4% a un 38,8% entre una y otra elección.
Este aumento de candidatos no es el mismo en todos los distritos y depende entre otros factores de cuánto aumentaron los diputados a ser elegidos en ese territorio. Miremos por ejemplo el actual distrito 8, que integran las comunas de Colina, Lampa, Pudahuel, Quilicura, Til Til, Cerrillos, Estación Central y Maipú, que en conjunto eligen a ocho diputados. Este distrito corresponde a la fusión de los antiguos distritos 16 y 20, que en 2013 eligieron en conjunto cuatro diputados. Es decir aumentó en un 100% el número de parlamentarios a elegir y en un 150% los candidatos, pasando de 20 en 2013 a 49 este año.
Sin embargo, el porcentaje de mujeres en este distrito aumentó muy poco, sólo un 22%. A diferencia del distrito 16 en la Región de O`Higgins, donde sucedió lo inverso: no aumentó la cantidad de cupos para diputados, pero el porcentaje de mujeres candidatas creció en un 250%.
La proporción de mujeres candidatas por distrito creció más en los distritos en que aumentaron menos los diputados a ser elegidos, es decir los territorios con menos población.
De este modo, podría cumplirse el objetivo de la ley de cuotas y que más mujeres estén presentes en el Congreso, sin embargo, estas podrían representar a territorios más pequeños o de menor población.
El impacto de la ley de cuotas en España
Debido a la falta de mujeres en política, hay más de 100 países que han adoptado algún tipo de cuotas. Un caso es España que puede ser útil para entender lo que pasará a partir del domingo en Chile.
El 2007 en España, se introdujo una cuota de 40% de mujeres en la lista de candidatos para promover una mayor participación femenina en política. La cuota empezó a operar ese mismo año para municipios con más de 5.000 habitantes y a partir de 2011 en municipios de más de 3.000 habitantes.
Estos dos cortes permiten una evaluación usando la técnica de regresión discontinua, la que básicamente consiste en comparar el resultado por sobre el corto (5.000 en 2007 y 3.000 en 2011) con el resultado bajo el corte.
La cuota aumentó las candidatas mujeres a un 46%, sin embargo, ocupaban las dos últimas posiciones en la votación de cinco candidatos.
Este aumento de mujeres candidatas implicó que su presencia acrecentara su participación en el consejo municipal en ocho puntos porcentuales para municipalidades con población cercana a los 5.000 habitantes y más del 3% en municipios con población de 3.000 habitantes.
Este aumento fue menor al crecimiento de mujeres candidatas por su peor ubicación en la votación. De hecho, las cuotas no aumentaron la probabilidad de que la mujer fuera la que encabezara la lista de candidatos.
Otra evidencia encontrada, es que las cuotas no tuvieron efecto en cambio de políticas a nivel municipal.