Luis Majul, uno de los periodistas más influyentes de la radio y la televisión argentina, y autor de nueve libros, entre ellos varios críticos sobre el gobierno de los Kirchner, habló con La Tercera sobre la sorpresiva operación craneal de Cristina Fernández, a dos semanas de las cruciales elecciones legislativas del 27 de octubre.
Antes del martes pasado, cuando operaron a la presidenta, analistas afirmaban un alto impacto político en la campaña, algunos a favor y otros en contra del oficialismo. ¿Qué piensa usted de ello?
Todos creemos y deseamos que la presidenta se recupere. Algunos dicen que lo hará más rápido de lo que se anunció al principio. Sea lo que sea, esto está teniendo impactos que todavía no se pueden definir claramente. Habría que ver cómo se acomoda el núcleo de poder que depende absolutamente de ella, cómo evita no estresarse. El mismo sábado en que fue a la Clínica Favoloro, estaba dando indicaciones y ella misma habló con (Amado) Boudou para darle indicaciones. El vicepresidente está contenido para que no se pase de la raya. Los encuestadores están tratando de ver si esto (el problema de salud) al menos achica la brecha entre el principal candidato del Frente Renovador, que es Sergio Massa, y Martín Isaurralde, el candidato del gobierno en el principal distrito electoral del país.
¿Cree que el estado de salud de Cristina fortaleció al gobernador Daniel Scioli frente a Massa?
Creo que la abrupta desaparición de la presidenta provocó cambios, pero gestuales. Pero para mí son cambios superficiales. Scioli quiso ponerse como el verdadero garante de la estabilidad. Como una figura muy distinta de lo que es Boudou. Por el otro lado, obligó a Sergio Massa a hacer una campaña más activa. Por otra parte, en los mercados hay un efecto que descuenta que Cristina no puede ser reelecta. Entonces, las empresas de servicios y bancos están para arriba. Las acciones se están revalorizando.
Hay analistas que advierten que con pocos cambios Cristina mejoraría la perspectiva: con los desplazamientos de Axel Kicillof, Guillermo Moreno, enfríe la economía, un pequeño ajuste, apertura del proteccionismo y fin del estatismo.
Pero es muy improbable que Cristina haga lo que haría cualquier jefe de Estado con sentido común. Su estrategia política es patear todo para adelante. El ideal de ella es que en cuatro años ella pueda volver por la gloria con una intención de votos como la que tiene Michelle Bachelet en Chile. Esa es su fantasía, pero en Argentina las cosas funcionan diferente.
Como biógrafo de Néstor y Cristina Kirchner, ¿qué le pasó a ella con los años en lo personal y en su relación con el poder?
No se puede separar el poder de lo humano. Ellos estuvieron mucho tiempo juntos. Ellos se las arreglaban para desayunar y cenar juntos. Y esos momentos fueron intensos, pasionales y con mucha discusión política. Pero, a la vez, de ellos se salía con una decisión tomada o a tomar. Según contó ella misma, mientras ella era presidenta, Néstor Kirchner funcionaba de manera ultra y sobreprotector, el hombre que impedía que muchos se subiera al ring donde Cristina estaba peleando. Un médico dijo que una de las razones de la muerte de Kirchner fue el estrés político. No se sabe si ella atravesó todas las etapas del duelo. Sobreactuar el papel de una empresa superpoderosa, que concentra notablemente el poder, y por el otro lado es una mujer desprotegida y vulnerable, que dice que las únicas personas en que confía son sus hijos y su mamá. Eso es lo que le pasa.