La clásica historia de los hermanos Grimm; Blancanieves, y la interpretación del piscoanalista Bruno Battelheim inspiraron la propia lectura del coreógrafo franco-albanés Angelini Prelijocaj para crear la danza Blanche Niege, que tiene funciones hoy, a las 20.30 horas; y mañana, a las 19.30 horas, en el Teatro Municipal, como parte de la programación del Festival Santiago a Mil.
Bajo la composición musical del director de orquesta bohemio-austriaco Gustav Mahler y la colaboración del reconocido diseñador de moda francés Jean-Paul Gaultier en el vestuario, Angelini propone una historia alejada de la popular y edulcorada versión de Disney, para construir una crítica a los cánones de belleza impuestos por la industria y a la subyugación del cuerpo femenino por el narcisismo.
El mismo coreógrafo se ha referido a la distancia que tiene su versión de la historia comparada con la de Disney. Si bien para muchos Blancanieves es una historia infantil y romántica centrada en la joven y el príncipe, para Preljocaj en este ballet la dinámica principal se genera entre Blanca nieves y la madrastra, siendo una representación de la dinámica contemporánea entre madres e hijas. "Hace menos de un siglo cuando uno tenía 40 años ya era una señora vieja, en cambio hoy día una mujer de 60 años puede ser una mujer muy sensual y también deseable. Eso da pie y justifica este conflicto entre la madre y su hija de 18 años, creando las condiciones de conflicto entre dos generaciones", dice Angelin Preljocaj.
La española Cecilia Torres es una de los 24 bailarines que Preljocaj coordina en escena, lleva tres años en la compañía e interpreta a la bruja del cuento original, que en esta versión encarna la crítica social hacia las imposiciones de patrones de belleza. "Es una madrastra que vive una transformación interesante de reina a bruja, debido a la cólera que le genera el no ser más bella que Blancanieves, su hijastra, lo que va aumentando por la envidia", dice Torres.
Si bien gran parte de los bailarines que hoy se presentan en nuestro país llegaron a la compañía cuando el ballet ya estaba escrito, montado y con el vestuario creado, aún queda parte del elenco que trabajó directamente con el famoso diseñador Jean Paul Gaultier, contactado por el mismo coreógrafo del ballet. Uno de ellos, el español Francisco Sánchez, quien interpreta a uno de los siete enanos o monjes como los llaman en el ballet, rescata el trabajo del vestuarista en el montaje: "Jean Paul vino al estudio, estuvo con nosotros, vio los ensayos, fue realmente un intercambio. Con Angelini Preljocaj estuvieron trabajando juntos en una colaboración real, no hizo simplemente los trajes y ya".