La advertencia se dirigía al administrador de un blog de internet donde suelen publicarse denuncias ciudadanas sobre enfrentamientos entre carteles de la droga, así como fotografías de probables delincuentes.
Es una tarea que los medios locales de comunicación dejaron de hacer desde hace varios años, debido a la violencia generada por la guerra contra el narcotráfico que en ese estado al noreste del país se libra con severa intensidad.
Tamaulipas es conocido en México como una "zona de silencio", donde las noticias sobre las batallas cotidianas y masacres se conocen, casi siempre, a través de las redes sociales de internet, pero no por los medios de comunicación, algunos de los cuales han renunciado de manera pública a informar sobre el narcotráfico.
El blog Valor por Tamaulipas es uno de los más populares, y por eso la amenaza en contra de su creador.
BBC Mundo conversó por correo electrónico con el administrador de la página, ubicada en Facebook, que se define como "un ciudadano honesto" que cumple con sus obligaciones, y quien está consciente de que su vida corre peligro.
"Yo no podré librarla. No importa lo que haga", confiesa. "El crimen organizado es implacable con la gente que habla de la situación de violencia, en mi estado está penado con la muerte, y que exista una página como Valor por Tamaulipas es una afrenta directa a su poder de intimidación".
Guerra abierta
Tamaulipas ha sido campo de batalla del narcotráfico desde 2005, cuando el Cartel de Sinaloa, encabezado entre otros por Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, trató de arrebatar el control de la frontera con Estados Unidos al Cartel del Golfo.
El Chapo no pudo cumplir su objetivo, pero eso no representó el fin de la violencia pues años después, en 2010, la organización del Golfo se fracturó al separarse la banda de Los Zetas, que era su principal brazo armado.
Desde entonces, la guerra entre los antiguos aliados se libra en casi todas las ciudades del estado, especialmente en las ubicadas en la frontera con Estados Unidos.
En los primeros años, los medios locales de comunicación daban cuenta de los enfrentamientos, pero algunos periodistas fueron asesinados, y las redacciones de varios diarios fueron atacadas con granadas y fusiles de asalto.
En otros casos, los carteles amenazaron a los editores para obligarles a publicar o silenciar historias sobre enfrentamientos.
Así, las noticias sobre la violencia desaparecieron de la mayoría de los medios locales. Algunos como el diario El Mañana de Nuevo Laredo -que sufrió varios atentados- reconocieron que su decisión fue la única alternativa para proteger la vida de los periodistas. Pero otros sólo guardaron silencio.
"Los criminales son el verdadero gobierno"
En ese escenario, para muchos en Tamaulipas, las redes sociales se convirtieron en la única fuente de información sobre la guerra y al mismo tiempo una forma de protegerse de la violencia.
"Llegué a tener tanto miedo que no podía tener más", cuenta el administrador de Valor por Tamaulipas.
"Veía con horror cómo mis hermanos del estado se resignaban a vivir bajo las leyes del crimen organizado, incontables ocasiones escuché de viva voz las amenazas a vecinos, conocidos, a mi familia".
"Veíamos con horror cómo se llevaban a la gente de los ejidos (ranchos, granjas) a enlistarse en el crimen organizado de manera forzada; los cobros de cuota, los secuestros, robos de propiedades, los niños ingresando a las filas del crimen como halcones (vigilantes)".
El activismo ciudadano tuvo consecuencias. La periodista María Elizabeth Macías, quien tenía un blog llamado La Nena de Nuevo Laredo donde se denunciaban las actividades de narcotráfico en la región, fue asesinada en septiembre de 2011.
Otros activistas de internet también fueron asesinados, aunque no se comprobó oficialmente que el crimen se debió a su tarea en las redes sociales.
El administrador de Valor por Tamaulipas asegura que tiene claro el panorama que enfrenta. En la conversación con BBC Mundo, confiesa que se vio obligado a sacar a su familia del país, y él mismo no sabe cuánto tiempo podrá sostener su blog.
Es un clima "de zozobra y resignación, la gente no tiene esperanzas de que Tamaulipas puedan librarse del control criminal", subraya. "Los que deciden quién vive o muere son los criminales. Ellos son el verdadero gobierno".