Al pie de las colinas de la Cordillera Azul en Carolina del Sur, Hans Franz Biergarten sirve Wiener Schnitzel, spätzle alemanes y una preparación con repollo, queso crema, panceta y carne de ternera envueltos en miga de pan y fritos.
El restaurante con temática bávara en Greenville, al igual que la Oktoberfest anual en la vecina localidad de Greer, dan testimonio de la marca que ha dejado Bayerische Motoren Werke AG en la zona desde que el fabricante comenzó allí el montaje de automóviles hace hoy 20 años.
El impacto se dio en ambas direcciones. La fábrica de Spartanburg, a 10 minutos en auto desde Hans Franz, forma parte de los esfuerzos de BMW por proteger los márgenes de beneficio y mantener su ventaja respecto de sus rivales alemanes en autos de lujo, Audi y Mercedes-Benz. La única planta de automóviles en este estado rural también sirve como modelo para el sector.
"La planta superó escrúpulos para mostrar al mundo que en los Estados Unidos se podían fabricar autos buenos a un costo razonable", dijo Erik Gordon, profesor en la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan. "Esto generó un renacimiento de la fabricación de autos, primero en los estados sureños y luego en Detroit mismo".
Impulsada por costos más altos de la energía y normas de trabajo más estrictas en Alemania, BMW con sede en Múnich habrá volcado US$7.300 millones en la planta para cuando la ampliación más reciente se termine en dos años. Esa inversión, más de siete veces el monto que Volkswagen AG gastó en una nueva fábrica en Tennessee, hará que se fabriquen más autos BMW en Carolina del Sur que en ningún otro lugar.
La fábrica, que tendrá 8.800 empleados en 2016, ya es el mayor exportador de autos de fabricación estadounidense, superando no sólo las plantas manejadas por General Motors Co., Ford Motor Co. o Chrysler de Fiat SpA sino también a todo el estado de Michigan, sede histórica de la industria automotriz estadounidense.
Es probable que esta ventaja crezca. BMW proyecta aumentar un 50% la capacidad en Spartanburg hasta 450.000 autos anuales. Casi todos los vehículos deportivos utilitarios BMW, incluido el nuevo X7 de alta gama, se fabrican allí, y 70% se exportan desde lo que fue el primer ensayo de producción de autos a gran escala de BMW fuera de Alemania.
"En aquel momento, pensábamos que 100.000 era una cifra elevada", dijo Harald Krueger, jefe de producción de BMW, que trabajó en la planta cuando comenzó la fabricación en 1994 con el objetivo de armar 50.000 autos al año. "Si miramos hacia atrás, nos damos cuenta de lo importante que fue este paso".
Los costos en alza en Alemania, sumados al gasto de desarrollar autos menos contaminantes, convierten a Carolina del Sur en un emplazamiento atractivo. Resulta un 47% más barato emplear a trabajadores del sector automotor en los Estados Unidos que a sus homólogos en Alemania, según datos del grupo de interés automotor VDA con sede en Berlín.
De todos modos, la fábrica de Carolina del Sur fue una fuerte apuesta a comienzos de los años Noventa, cuando BMW tenía menos de un tercio de su dimensión actual. Famoso por la calidad y la precisión, el fabricante de autos alemán necesitaba garantizar que trabajadores nuevos en la fabricación de autos pudieran satisfacer sus estándares.
Volkswagen había puesto en evidencia los riesgos al cerrar su planta en Pensilvania en 1988. Los conflictos entre el personal estadounidense y alemán contribuyeron al fracaso, lo cual ensombreció durante años la actividad estadounidense de VW y complicó el emprendimiento de BMW.