El ex político chino caído en desgracia Bo Xilai se está rehusando a cooperar con la investigación del gobierno sobre acusaciones en su contra, de corrupción, abuso de poder y participación en un asesinato. Ha realizado huelgas de hambre e incluso en una oportunidad tuvo que ser llevado a un hospital, dijeron fuentes con conocimiento del caso.
Casi un año después de que Bo fuera destituido en medio de una gran controversia, el gobierno no ha ofrecido una fecha para el momento en el que ex funcionario deberá comparecer en un juicio, y ni siquiera ha anunciado cargos formales.
Bo fue removido de su cargo como jefe del Partido Comunista de la ciudad suroccidental de Chongqing el año pasado después de que su esposa fuera acusada y procesada por el asesinato del empresario británico Neil Heywood.
Antes de eso, se esperaba que Bo, de 63 años, fuera ascendido al círculo más estrecho de poder del Partido Comunista. Su caída se produjo luego de que su jefe de la policía, Wang Lijun, escapara brevemente y tomara refugio en el consulado estadounidense en febrero pasado y acusara a la esposa del poderoso funcionario, Gu Kailai, de envenenar a Heywood. Gu y Wang fueron condenados por el asesinato y enviados a prisión.
No se han presentado cargos criminales contra Bo pero el Partido Comunista lo acusó de corrupción y de manipular la ley para ocultar el asesinato de Heywood, según comentarios publicados por la agencia de noticias oficial Xinhua. Dos fuentes independientes vinculadas a la familia dijeron
que el juicio de Bo probablemente será postergado hasta después de una sesión anual del Parlamento y su principal entidad asesora que se realizará en marzo, dado que el ex político no presenta condiciones físicas adecuadas.
"El estuvo en huelga de hambre dos veces y se le obligó a comer", dijo a Reuters una fuente, que pidió permanecer en el anonimato debido a la sensibilidad del caso. No estaba claro por cuánto tiempo se prolongó la huelga de hambre.
"No fue torturado, pero se enfermó y fue llevado a un hospital en Beijing para ser tratado", dijo la fuente, que declinó brindar detalles sobre la actual condición y paradero de Bo, que han sido mantenidos bajo secreto tras su destitución.
NO MAS CASOS
El Partido Comunista, obsesionado con la estabilidad, está resuelto a evitar que otro acontecimiento político -incluido el juicio de Bo- interrumpa el proceso final de la transición de poder en China, en la que el vicepresidente Xi Jinping se convertirá en máximo líder.
Xi, que asumió el liderazgo del partido y de las fuerzas armadas en noviembre, tomará el cargo de jefe de Estado de manos de Hu Jintao durante la sesión anual del Parlamento, que comienza el 5 de marzo.
Consciente del enojo público por una seguidilla de escándalos que involucran a funcionarios, Xi ha hecho de la lucha contra la corrupción uno de sus principales temas, y ha dicho que nadie, sin importar su puesto, está por el encima de la ley. El vicepresidente indicó que la supervivencia del Partido Comunista corre riesgo si el país no frena la corrupción.