El partido de ida por octavos de final de Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors se caraterizó por su juego brusco, que provocó duras críticas hacia el permisivo árbitro Germán Delfino. La situación en el superclásico argentino no cambió en su rama femenina, ya que ambas escuadras se dieron con todo.
En un 0-0 que de buen fútbol no tuvo mucho, las millonarias con las xeneizes llamaron la atención por su juego brusco.