Luego de que dos de las tres agencias de calificación recortaran la nota crediticia de Chile por el reciente deterioro en las cuentas fiscales, Bank of America Merrill Lynch (BofA) proyecta que la situación fiscal del país mejorará a partir de 2018.

En un informe publicado este lunes, el banco de inversión estadounidense recordó que la brecha presupuestaria doméstica se ha estado ampliando desde 2013 y que el crecimiento económico se ha desacelerado en los últimos cinco años junto con menores precios del cobre.

Esto provocó que la deuda bruta del gobierno casi se duplicara, pasando desde 12,7% del PIB en 2013 a 21,3% el año pasado, lo que llevó a S&P Global Ratings y a Fitch Ratings a recortar la calificación soberana en un escalón.

A pesar de la debilitada posición de Chile, BofA prevé que el deterioro fiscal se revertirá en los próximos meses gracias a tres factores: un mayor crecimiento, valores más altos del cobre y la consolidación fiscal.

A juicio de la firma, la actividad económica comenzó a mostrar señales de estabilización en el segundo trimestre y el repunte debería continuar en la segunda mitad del año y afirmarse en 2018, lo que elevará los ingresos. El equipo anticipa que la economía se expandirá 1,4% en 2017 para luego acelerarse a 2,6%.

Las elecciones presidenciales "podrían marcar un punto de inflexión para la inversión y llevar a una mejora sostenida en la confianza, traduciéndose en un crecimiento más fuerte el próximo año", afirmó el banco.

BofA también cree que el avance de 26% que ha mostrado la cotización del cobre desde fines de 2015 debería "ser suficiente para entregar un impulso decente a los ingresos gubernamentales".

Por último, la entidad estima que la disciplina fiscal "debería limitar el crecimiento del gasto y asegurar una movida hacia una postura fiscal neutra y lejos de la expansión fiscal de los últimos años".

Los expertos precisaron que "el gobierno ha sido claro sobre su compromiso hacia la consolidación fiscal".

Con todo, Bank of America calcula que el déficit fiscal nominal subirá desde 2,7% del PIB en 2016 a 3% este año, para luego bajar a -2,8% en 2018. En tanto, la deuda bruta aumentará desde 21,3% del PIB el año pasado a 21,5% en este ejercicio y disminuirá a 21% el año que viene.