Una nueva arista surgió en el marco de la investigación por la millonaria malversación de caudales públicos en Carabineros, que instruye el fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos, y que involucra al Servicio de Impuestos Internos (SII).
Junto con eventuales delitos tributarios por la incineración de documentación contable y financiera que ejecutó el coronel (R) Francisco Reyes Momberg -antecedente revelado por el fiscal
Campos en la audiencia del lunes pasado-, el Ministerio Público ofició al SII por el eventual uso de boletas ideológicamente falsas para ocultar los dineros del millonario desfalco.
Así lo confesó el 8 de mayo el coronel (R) de Carabineros Fernando Pérez Barría, testimonio al que accedió La Tercera, quien es sindicado como uno de los articuladores de la denominada "mafia antigua de la Intendencia", es decir, quienes operaron primero con los sistemas de defraudación de las arcas fiscales, en un desfalco que hoy llega a $ 21.500 millones.
Ante el fiscal Miguel Angel Orellana, el ex jefe del Departamento I de Finanzas reveló que "las boletas de honorarios de prestación de servicios a terceros, que figuran como ingresos míos hasta el 2009 (año tributario 2010), no corresponden a prestaciones de servicio efectivas realizadas por mí, sino que corresponden a boletas que me conseguí con un amigo personal, que tenía una consultora que prestaba servicios a un establecimiento de educación superior".
El fiscal Campos y su equipo buscan si otros imputados utilizaron esta fórmula para justificar ingresos y, además, han centrado sus sospechas de elusión de tributos en inversiones de fondos mutuos y acciones de la Bolsa que tenían los acusados, que no aparecían en sus declaraciones patrimoniales. Con esto, el SII podría involucrarse próximamente en este caso.
"Soltar la mano"
Pérez Barría, en su declaración judicial anterior ante los fiscales Patricio Macaya y Jorge Marín, dijo que en 2008 empezó a recibir "dineros irregulares" cuando era jefe de presupuestos.
A poco llegar a ese cargo, indicó, lo habrían presionado para "soltar la mano" y sostuvo que un día recibió una llamada del coronel (R) Arnoldo Riveros, quien le dijo que estaba en un auto atrás de él: "Nos estacionamos, éste subió a mi vehículo y me dijo qué me pasaba, qué andaba buscando, que flexibilizara la mano. Luego de una discusión me insultó, se bajó del auto y se fue".
Pese a esto, destacó que días después, el mismo Riveros lo visitó y decidió aceptar recibir los dineros. Según su relato, entre 2008 y 2009 recibió $ 900 millones, pero el Ministerio Público lo formalizó por malversar $ 1.000 millones.
Supuestamente, consiguió a dos ex coroneles para que le prestaran cuentas corrientes y justificar lo que hizo: "Yo tenía que flexibilizar el control de la ejecución presupuestaria, y por esto me correspondía un premio; estos montos ascendieron, más o menos, a $ 75 millones por vez".
Supuestas presiones
Hacia el final de su relato reveló que sufrió presiones, que no denunció, pero que por eso "tomé usufructo de mis bienes y dejé un testamento en el año 2011".
Y responsabiliza a un general en retiro del examen de droga que lo alejó de la institución en 2012. "Yo creo que fue el general Flavio Echeverría quien, materialmente o ideológicamente, me puso la droga en mi muestra, que arrojó positivo por marihuana. De hecho, yo andaba afuera jugando tenis cuando fueron a tomar el examen de drogas y regresé para someterme a él, con la absoluta convicción de que no tenía nada que temer ni ocultar", declaró.