Bolivia logró reducir sus plantaciones de coca en un 12% entre 2010 y 2011 -de 31.000 hectáreas a 27.200-, según un informe de monitoreo de cultivos de esta planta difundido este lunes por la oficina local de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC en inglés).
Según el estudio, la disminución más significativa de cocales en territorio boliviano se produjo en las áreas donde se concentra la mayor parte de las plantaciones: en la región oeste, en los Yungas de La Paz (de 20.500 hectáreas en 2010 a 18.200 hectáreas el año siguiente), y en el centro del país, en el trópico de Cochabamba (de 10.100 hectáreas a 8.600).
El delegado de la ONU en Bolivia, César Guedes, explicó durante la presentación que el informe fue sometido "a un proceso transparente, independiente, riguroso y detallado de supervisión metodológica por la UNODC y sus equipos técnicos" en La Paz y en la sede institucional situada en Viena.
De todos modos, el funcionario pidió no minimizar la sustancial expansión que los cultivos de coca registraron en áreas no tradicionales, como las provincias Bautista Saavedra y Muñecas, en el noroeste de La Paz.
Asimismo, sostuvo que las incautaciones de coca se redujeron de 1.015 toneladas en 2010 a 603 toneladas en 2011, pero que el año pasado las confiscaciones de pasta básica de cocaína aumentaron un 10%, alcanzando los 28.350 kg, y las de clorhidrato de cocaína subieron un 65%, llegando a 5.600 kg.
"Este esfuerzo va a continuar, casi con recursos económicos propios", dijo el presidente boliviano Evo Morales al clausurar la ceremonia de presentación del reporte, quien invitó al cuerpo diplomático presente a una mayor cooperación externa en aras de la "responsabilidad compartida".
El mandatario fue menos incisivo que el fin de semana, cuando cuestionó la "moral" de Estados Unidos para criticar la política antidrogas boliviana, aunque reiteró sus objeciones a Washington que, a su criterio, politiza el tema.
"Por más que erradiquemos el narcotráfico en Bolivia, jamás (lo) van a reconocer algunos países desarrollados porque tenemos una posición ideológica definida", anotó Morales.
La Casa Blanca acusó la semana pasada a Bolivia de "fracasar manifiestamente" en la lucha antidrogas y volvió a colocarla por cuarto año consecutivo en su "lista negra".
"Reconocemos el esfuerzo de Bolivia. Es un logro muy importante, pero hay mucho más que hacer en este campo", declaró a la prensa el encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos en La Paz, Larry Memmott, al comentar que su gobierno ha estimado que la reducción de cocales es "incluso mayor que la que dice la ONU".
"Si fuera legítima o legal la certificación, los países de Sudamérica y Bolivia descertifican a Estados Unidos porque no aporta en la lucha contra el narcotráfico", comentó Morales, refiriéndose al crecimiento del consumo de drogas y al lavado de dinero proveniente de actividades ilícitas en Norteamérica.
Para el canciller David Choquehuanca, "este es el informe que el Estado boliviano reconoce", y agregó que los "resultados concretos" muestran cuan errónea era la opinión de que "la salida (de Bolivia en 2008) de la DEA (Administración Antidrogas estadounidense) daría lugar al incremento de los cultivos".
El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, comentó en la misma ceremonia que "este informe tiene la virtud de levantarnos la moral", y aseguró que "Bolivia cuenta con una estrategia de lucha contra el narcotráfico" basada en "el diálogo y el respeto de los derechos humanos".
Según información oficial, hasta el 12 de septiembre el gobierno boliviano erradicó 7.786 hectáreas de coca ilegal